En 2019 y tras la victoria electoral del presidente Evo Morales, la derecha fascista boliviana consumó el golpe de Estado contra él amparado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y EEUU, y por el que impuso en la presidencia a la golpista Jeanine Áñez. Tras 11 meses de Gobierno golpista, de violencia fascista, de sufrir masacres como las de Sacaba y Senkata, el pueblo boliviano, en unión con sus líderes Evo Morales y Luis Arce, consiguieron revertir esta situación ganando de nuevo las elecciones y llevando a Arce a la presidencia del país.
Hoy nos despertamos con dolor y angustia de ver como en la hermana Bolivia crece una división que solo puede beneficiar al fascismo. Por ello, Izquierda Unida apela a la conciencia y responsabilidad de todas las partes para que se ponga fin a este tipo de enfrentamientos entre hermanos.
Izquierda Unida entiende que puedan existir diferencias, pero estas deben dirimirse dentro del ámbito político, de manera urgente, sin violencia, poniendo por delante todos aquellos puntos de unión que estamos seguros que existen.
Izquierda Unida apela a la posibilidad de que se instale una mesa de diálogo en la que estén representadas todas las partes, que sirva para poner freno a la situación de división y enfrentamiento que se da desde hace un tiempo, y que desde la máxima unidad, prevalezca lo mucho que se podría perder si se sigue en esta situación.
El pueblo boliviano no puede perder todos sus avances revolucionarios conquistados en el Estado Plurinacional de Bolivia durante muchos años y que tanto han costado conseguir.
Izquierda Unida, desde el máximo respeto a la soberanía del país, pide diálogo político y unidad para que el fascismo no vuelva a Bolivia. Nos va la vida en ello.
COLEGIADA FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA
16 de septiembre de 2024
