El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha hecho esta mañana una clara propuesta para avanzar en la “reconstrucción” que se necesita para superar lo más pronto posible los graves efectos de la pandemia del Covid-19. Para el también ministro de Consumo en el Gobierno de coalición esta salida coordinada de la crisis no solo debe conllevar “una transformación económica y legal, sino también cultural”, que permita acabar con las grandes carencias detectadas.
Garzón considera que el camino por recorrer será “duro y difícil”, pero lo va a ser aún más porque “la derecha no está ayudando en nada, están en otra cosa”. Eso se ha comprobado fácilmente en las últimas semanas a través de sus duros ataques y la “respuesta hostil” a las políticas aplicadas por el Ejecutivo frente al coronavirus. “Hay un peligro con esta derecha sociológica, política y mediática, y su dedicación a difundir el odio; su uso discursivo pone no ya en peligro al Gobierno, sino a la democracia”, denunció.
El máximo responsable de IU hizo esta valoración al exponer su Informe Político con el que abrió el debate de la reunión por medios telemáticos que a lo largo de hoy mantienen los/as integrantes de la Coordinadora Federal, principal órgano ejecutivo de esta formación. Este informe y la totalidad de su primera intervención se centraron en analizar con detalle la crisis del coronavirus, las medidas ya tomadas y los retos del futuro.
Las primeras palabras de Garzón fueron de “condolencia y pésame” en nombre de toda Izquierda Unida a los familiares y amigos de las personas fallecidas. Reconoció también el “esfuerzo extraordinario” que realizan desde hace semanas el conjunto de los/as profesionales de la Sanidad y del resto de sectores para que no se agrave este contexto “desgraciado y lamentable”, así como la “enorme responsabilidad” demostrada por el conjunto de la sociedad durante el confinamiento en sus casas.
El ministro de Consumo, como han hecho otros miembros del Ejecutivo, reconoció que nuestro país “está entre los más afectados” por la pandemia, pero “también hemos sido uno de los primeros gobiernos en responder de la manera más contundente”. Indicó que se ha dado “una respuesta extraordinaria en cuanto a los medios puestos en marcha”.
Alberto Garzón destacó que este “escudo social”, creado por el Gobierno de coalición “para proteger a las familias y a los grupos sociales más vulnerables”, en nada se parece a la respuesta de la derecha cuando encaró la crisis económica que empezó en 2008 y se extendió durante años.
Adelantó que lo que ya es “el mayor escudo social como consecuencia de una crisis” en España tendrá continuidad en las próximas semanas cuando se apruebe el ingreso mínimo vital, promovido en especial por los ministros y ministras de Unidas Podemos en el seno del Ejecutivo.
Apuntó que “aunque las medidas pueden no ser suficientes”, han servido para mandar un mensaje sobre esa protección que se prioriza hacia los más afectados. “Se han podido hacer cosas peor de lo que nos hubiera gustado” dijo, pero todas las decisiones se toman “siguiendo las indicaciones de la comunidad científica, que se adaptan en el tiempo, y teniendo en cuenta ese pilar básico de la protección social. Esta es la senda correcta para un Gobierno progresista”.
Explicó que de cara al futuro “Izquierda Unida tiene mucho que decir”, por su “bagaje” y por su “capacidad para contribuir de forma notable en todo este proceso de reconstrucción y transformación económica, legal y cultural”.
Alberto Garzón dedicó también un apartado de su discurso a la reacción “tibia y descoordinada” que ha tenido en la crisis la Unión Europea (UE). Destacó entre las cosas más negativas que Europa demuestra con esta pandemia “sus graves dificultades para responder de forma conjunta”, a lo que se añade el “chovinismo y el nacionalismo” evidenciado por algunos países con sus actuaciones.
“Esta actitud de determinada derecha y de algunos economistas en Europa -avisó- abre la puerta al crecimiento de ese nacionalismo que se vehicula a través de la extrema derecha”.
Reclamó con claridad que debe haber un giro en las políticas de la UE que pase, entre otras acciones, “por el hecho de que el BCE empiece a financiar de forma directa a los países, lo que se llama monetización de la deuda, así como la implantación de los eurobonos”, unas medidas que señaló “ya aplican países como EE.UU y el Reino Unido”.
A su juicio, “todo este debate en la UE va a definir las próximas décadas de la política en Europa” y en ese marco “Izquierda Unida debatirá y apostará como ha hecho siempre por el internacionalismo, pero entendido como una defensa de la clase trabajadora”.
El coordinador federal de Izquierda Unida apuntó que estamos “ante un cambio de paradigma”, debido a que la pandemia del Covid-19 “no es una crisis coyuntural” y que ha servido para “poner de relieve nuestras fortalezas y debilidades”. Entre las primeras están “las características de nuestro sistema público, por ejemplo en la Sanidad”, pero entre las segundas se sitúan “precisamente los recortes que atacaron ese mismo sistema, puestos en marcha por gobiernos anteriores. Dejaron al sistema sanitario sin la capacidad de responder de forma suficiente” ante situaciones graves como las de hoy.
También ha quedado en evidencia “la debilidad de nuestro sistema industrial, sin capacidad suficiente para producir determinados productos debido a una desindustrialización y globalización mal diseñadas. Esto nos deja en manos de la competencia feroz de los mercados” a la hora de conseguir productos tan necesarios como las mascarillas o los respiradores.
Garzón incidió en este contexto en la lamentable realidad de que los partidos de derechas españoles “no están ayudando en nada” y solo piensan en “sacar beneficio propio de este drama”. Apuntan a nivel económico “un posicionamiento neoliberal frente a la pandemia mucho mayor que en otros países”.
Avisó del “riesgo de que la extrema derecha siga creciendo aprovechando la falta de respuesta de la UE y el desarrollo del nacionalismo intransigente” entre Estados, así como del peligro que conlleva que “la derecha sociológica, política y mediática siga alimentado el odio y ese discurso peligroso con acusaciones de golpismo”.
“Están en otra dinámica irresponsable y peligrosa, en otra cosa que puede poner en cuestión los cimientos de nuestra democracia”, insistió.