Izquierda Unida traslada su “firme condena” a “la política de deportaciones masivas de personas migrantes que impulsa y ejecuta el presidente de EEUU Donald Trump, a las que trata sencillamente como criminales en la devolución a sus países de origen. Es inadmisible que buena parte de estas personas lleguen esposadas de pies y manos, como en el caso de migrantes expulsados a Brasil, sin que tuvieran ni antecedentes penales ni hubieran cometido delito alguno en EEUU”.
“Estas expulsiones -incide IU- suponen una criminalización deliberada, una gravísima violación de los Derechos Humanos y una expresión más del racismo institucional en esta materia que Trump ha impuesto en la administración que lidera”.
IU apunta que “desde el primer momento observamos con preocupación y no dejaremos de denunciar el neofascismo que caracteriza estas políticas, con actuaciones que se sitúan escandalosamente al margen del Derecho internacional y que ignoran también de forma deliberada del artículo 13 de la Declaración de Derechos Humanos de Naciones Unidas, de 1948, que reconoce el derecho a migrar como un derecho humano”.
Izquierda Unida advierte que “de mantenerse en el tiempo estas medidas sin una respuesta clara por parte de la comunidad internacional y de las instituciones que la representan se producirá de forma irreversible un aumento de la injusticia y del ya de por sí enorme sufrimiento de quienes se han visto forzados previamente a abandonar sus países debido en la mayoría de casos a la pobreza, las desigualdades sociales o las violencias estructurales generadas por el propio imperialismo estadounidense”.
Exige con rotundidad “el cese inmediato de las deportaciones masivas y de cualquier política de racismo institucional que atenta contra los derechos de las personas migrantes, cuyo derecho a migrar y buscar mejores condiciones de vida está reconocido por la ONU, y cuya dignidad ningún estado debe puede impedir ni pisotear, tampoco EEUU”.
Al mismo tiempo, reclama que “se abra un debate en Naciones Unidas y en los países democráticos sobre el derecho a la migración, además de una respuesta internacional solidaria y coordinada para luchar contra las causas estructurales que la originan, como la pobreza y la desigualdad que genera el propio sistema capitalista. Ese debate debe incluir la lucha por la paz y la seguridad humana de los pueblos, así como el cese de muchas intervenciones imperialistas que destruyen los países de origen de muchos migrantes”.
Guerra ideológica
Destaca Izquierda Unida que estas deportaciones “que afectan especialmente a comunidades latinoamericanas, no son solo una herramienta de opresión, sino también un acto de guerra ideológica contra los pueblos empobrecidos. Estados Unidos es responsable en gran medida de las crisis políticas, económicas y sociales que obligan a millones de personas a migrar, a las que solo sabe responder con muros, redadas y deportaciones, perpetuando una lógica de explotación y despojo”.
Recuerda que la migración “es un derecho”, que “ningún ser humano es ilegal” y que “las fronteras no pueden convertirse en trincheras de odio construidas por políticas reaccionarias, que toman a las personas migrantes como chivo expiatorio de los problemas sociales y económicos, para convertirlas en la excusa interesada para hacer avanzar sus proyectos políticos neofascistas”.
