La portavoz federal de Izquierda Unida y eurodiputada de Unidas Podemos, Sira Rego, cree que la compra conjunta de gas que el Gobierno de España propuso a la Comisión Europea “puede ayudar a abaratar algo la factura de la luz”, pero advierte que “la situación no se va a resolver hasta que Bruselas no asuma que el verdadero problema es el modelo de mercado” actual.
“La compra conjunta puede dotarnos de un mejor poder de negociación de compra y, quizá, abaratar algo los precios. Aunque, insisto, la única solución duradera y eficaz pasa por cuestionar el mercado marginalista”, asegura.
La comisaria de Energía, Kadri Simson, ha presentado esta mañana algunas medidas que la Comisión Europea pretende poner en marcha a corto y medio plazo para rebajar la grave repercusión del coste del precio de la luz. Sin embargo, para Rego la prepuesta es totalmente insuficiente y el ejemplo es España.
“La Comisión ha presentado hoy una serie de medidas que no van dirigidas a bajar el precio de la energía sino a paliar los efectos en la factura de la luz. Medidas que ya han sido adoptadas por nuestro Gobierno como forma de atajar el problema a corto plazo, pero que tal y como hemos dicho otras veces son insuficientes para resolver realmente el problema. Por eso los precios de la luz no han dejado de subir”, explica.
De hecho, “la Comisión no cuestiona el verdadero problema de que los precios de la luz estén en niveles record. Ese problema se llama modelo de precios marginalista, del que la comisaria Simson ha hecho una defensa a ultranza”.
El diseño marginalista del mercado mayorista de electricidad “está hecho a medida de los oligopolios energéticos de los Estados miembros y es el que permite que paguemos el megavatio hora a los precios actuales, sin importar si la generación de energía viene de fuentes renovables mucho más baratas”. Con estas propuesta, según la portavoz de IU, “seguiremos pagando por la fuente más cara”.
“Mientras el sistema sea marginalista, da igual que un Estado miembro produzca el 40% o el 75% de su energía en renovables, porque si la última tecnología en entrar es el ciclo combinado de gas para cubrir el gap que falta de energía, seguiremos expuestos al precio del CO2 y el gas natural en los mercados internacionales. Es decir, pagaremos el kilo de arroz a precio de kilo de caviar”, critica.
El sistema marginalista es un modelo neoliberal ideado en los años noventa en unas circunstancias concretas: el mix de generación estaba basado en tecnologías con bajos costes fijos y elevados costes variables con peso del petróleo, gas natural y carbón. El mix actual funciona al revés: elevados costes fijos y bajos costes variables como las renovables.
El parqué de generación, por tanto, “ha cambiado, no se ajusta a las necesidades de la transición energética, y pone en riesgo no sólo a las familias, sino a las empresas e industrias. Esto a su vez hace peligrar la recuperación económica y la transformación que debemos acometer con los Planes de Recuperación”, advierte Rego.
Por ello, la eurodiputada cree que “tomar medidas contra la pobreza energética ante la llegada del invierno sin tocar ese mercado” -como propone la Comisión-, “es tolerar que las eléctricas sigan haciendo el agosto a costa de las familias trabajadoras”. “Nuestro Gobierno -continúa- ha hecho los deberes, pero a largo plazo estas medidas no son suficientes y por eso la Comisión debe afrontar el verdadero problema”, porque “no se nos debe escapar que bajar impuestos como el IVA para abaratar la factura no le sale gratis al Estado”, ya que “deja de ingresar unos recursos importantes que pueden repercutir en los servicios públicos”.