Izquierda Unida, a través de su Comisión de Internacional, denuncia la “inaceptable represión de las protestas ciudadanas en Ecuador que ejecuta sin contemplaciones el Gobierno del presidente Guillermo Lasso”. IU muestra su “solidaridad con quienes se manifiestan para exigir a las autoridades que garanticen sus derechos básicos”, al tiempo que “condenamos la violencia con la que actúa el Ejecutivo de Lasso”.
El pueblo ecuatoriano sufre las duras consecuencias de las políticas neoliberales que aplica el banquero y empresario reconvertido a político “que desde su llegada al poder ha profundizado en la agenda de imposiciones y de recortes iniciada por la nefasta Administración de Lenín Moreno”. IU advierte que “las medidas económicas que imponen drásticos ajustes suponen un claro desmantelamiento de los servicios públicos que, junto al aumento de los precios y de la pobreza, ha sumido al pueblo ecuatoriano en una situación desesperada”.
En este contexto, desde hace nueve días se suceden las movilizaciones, buena parte de ellas encabezadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), a la que se han sumado otros sectores como las organizaciones estudiantiles o los sindicatos del transporte. La Comisión de Internacional de IU denuncia que “el Gobierno de Lasso solo ha sabido responder con represión y autoritarismo a las demandas ciudadanas, a lo que suma acusaciones de terrorismo contra las organizaciones convocantes, así como detenciones arbitrarias y el decreto del estado de excepción para limitar derechos fundamentales”.
Diferentes organizaciones de Derechos Humanos señalan que desde el inicio del paro se han contabilizado dos personas asesinadas a manos de las fuerzas de seguridad, 55 personas heridas y registrado al menos 79 detenciones arbitrarias.
Por todo ello, Izquierda Unida exige “que las autoridades pongan fin a la represión contra activistas y organizaciones sociales, así como la criminalización de quienes ejercitan su derecho a la protesta. No puede quedar impune la violencia con la que actúa el Gobierno de Lasso, que se siente acorralado ante el creciente descontento popular y el auge de las posiciones de progreso en el conjunto de América Latina”.