Hoy 14 de Abril es un día importante para todas las personas demócratas de nuestro país. Conmemoramos el 91 Aniversario de la proclamación de la Segunda República, un hito que supuso un avance histórico de la democracia, los derechos sociales y la libertad. Hoy contamos con una democracia -amenazada por fuerzas similares a las de antaño- gracias a la lucha de quienes sacrificaron su tiempo y, muchas veces, su vida por un sistema democrático, y también gracias a quienes también a día de hoy siguen luchando por la justicia, la libertad y una democracia plena, frente a un régimen monárquico incapaz de responder a las necesidades de la clase trabajadora y los sectores populares.
Nuestra historia nos demuestra que las conquistas sociales se logran mediante la unidad popular y la lucha, por eso seguimos exigiendo un sistema que anteponga los derechos de los sectores populares por encima de los intereses de las oligarquías.
En esta dirección, la República debe ir más allá del debate sobre la jefatura del Estado o la crítica a una institución anacrónica y corrupta como es la monarquía, que se opone a la modernización del país y es una de las causas de la crisis política actual. De igual manera, entendemos que el proyecto republicano no puede basarse solo, ni principalmente, en la nostalgia o en el recuerdo, ya que necesariamente tiene que ser un proyecto de futuro que dé respuesta a los problemas y a los anhelos de la ciudadanía, y en el que quepamos todos y todas.
La clase trabajadora y los sectores populares de nuestro país necesitamos condiciones de vida dignas que nos permitan vivir en condiciones de igualdad y libertad plenas. Un trabajo digno, acceso a la vivienda, sanidad o educación públicas y de calidad son algunos de los ejemplos recogidos en la actual Constitución, pero que se quedaron en papel mojado. Por lo tanto, un día como hoy volvemos a reafirmar nuestra apuesta por un proceso constituyente que, en última instancia, acabe adaptando la Constitución vigente a los retos y a las necesidades actuales de nuestro pueblo.
Por ello, la República es sinónimo de regeneración democrática, de justicia social y defensa de lo público; es un proyecto integral y renovador capaz de dar respuesta al conjunto de particularidades del Estado, esto es, a la plurinacionalidad y al mundo rural y abandonado. Un proyecto capaz de recoger las necesidades, problemas y anhelos de la ciudadanía y unificarlos en otro que, en última instancia, servirá para que todos y todas vivamos mejor partiendo de nuestra cotidianeidad. Es decir, el republicanismo es una manera alternativa e integral de entender la política, la economía y la sociedad.
Continuamos luchando de acuerdo con nuestra tradición democrática y emancipatoria porque somos ese hilo rojo de la historia que se entreteje con el hilo morado feminista y el verde ecologista para seguir construyendo un nuevo país plural, federal y solidario, con un nuevo modelo económico y social mediante la democratización de la económica.
Desde Izquierda Unida reafirmamos nuestra apuesta por un proceso constituyente que desemboque en una República democrática, federal y solidaria en esta fecha tan señalada para la historia democrática de nuestro país. De manera coherente, reafirmamos nuestra apuesta por la construcción cotidiana de un horizonte republicano que dé esperanza a la clase trabajadora y a los sectores populares en un momento de crisis e incertidumbres.
