El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha asegurado esta mañana que la situación política en nuestro país ha entrado en “una nueva fase que implica riesgos, pero también oportunidades”, y ha hecho un llamamiento a abordar los retos que se plantean “de manera optimista, con altura de miras y con una visión global”, para solucionar los problemas “a partir de decisiones colectivas” y no de forma individual o dividida, porque eso solo aboca al fracaso.
Garzón ha intervenido hoy en la primera reunión de la nueva Coordinadora Federal de IU -máximo órgano ejecutivo de dirección- tras el proceso de la XII Asamblea Federal que concluyó el pasado marzo. Antes de exponer su Informe Político de coyuntura y realizar una breve presentación de la composición y principales objetivos de su nueva dirección, conformada en la Comisión Colegiada Federal, fue ratificado como coordinador federal para los próximos cuatro años -104 votos a favor (87%), 15 en contra (13%) y ninguna abstención-, tal y como marcan las normas en esta organización.
También fue ratificada la nueva dirección propuesta por él por amplia mayoría, en este caso con 100 votos a favor (84%), 22 en contra (18%) y ninguna abstención.
El máximo responsable de Izquierda Unida y ministro de Consumo centró buena parte de su turno en el panorama que se ha abierto tras las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid de principios de semana. Valoró sin ambages que su resultado “es malo para la clase trabajadora, para la gente de Madrid y para la izquierda”.
De la misma forma, indicó que la nueva “correlación de bloques” tras la “caída del PSOE y pese al aumento en votos y escaños” de fuerzas de la izquierda como Unidas Podemos, “beneficia a la derecha”. En su opinión, el triunfo de su principal candidata, Isabel Díaz Ayuso, “conecta con nuestras reflexiones que alertan sobre la solidez de los proyectos nacional-populista”, similares a los que en su día llevaron al poder a Donald Trump y al presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
“Debe llevarnos a una profunda reflexión”, destacó “cómo le ha funcionado a Díaz Ayuso un proyecto nacional-populista que pasa por criminalizar al Gobierno de coalición. Es preocupante para los valores que representamos”. Añadió en su reflexión que al “suelo muy alto” que ha demostrado tener el PP se le ha sumado cierto “estado anímico de parte de la población por la pandemia”.
El resultado demuestra que “desde la izquierda no hemos sabido articular una respuesta para la población que venciera a esa ola conservadora” que incluía, incluso, actuaciones “de carácter reaccionario”.
Alberto Garzón consideró que “no hay que bajar la guardia” ante lo ocurrido, aunque aclaró que “no creo que estos resultados vayan a repetirse a nivel nacional”. Insistió, no obstante, en que se debe articular una respuesta precisa para “establecer un cortafuegos frente a esos proyectos que quieren reproducir la desigualdad, los valores conservadores y las políticas del odio”.
El coordinador federal de IU y ministro de Consumo señaló entre los elementos para el optimismo ante la “nueva fase de país que ya enfrentamos”, tanto la “vacunación, que avanza a un ritmo imparable”, como que “ya se visualicen con éxito los primeros desembolsos” de las ayudas económicas comprometidas por la Unión Europea con todos los Estados miembros.
En esta línea, dijo que “vamos a situarnos con suficientes herramientas para construir esa nueva fase en nuestro país” para responder desde la izquierda en las mejores condiciones a la amenaza de las derechas.
Antes de exponer más ideas sobre cómo hacerlo, abrió un paréntesis para “agradecer a la militancia de Izquierda Unida”, y también a la de Podemos y del conjunto de Unidas Podemos” su trabajo en una “campaña electoral desarrollada en condiciones anómalas por una pandemia que afecta a cualquier proceso social”.
Quiso “personalizar” este agradecimiento en Pablo Iglesias, por haber sabido “entender dónde estaban los retos y asumir una responsabilidad muy importante”, que se saldó con un aumento del espacio de Unidas Podemos, “reforzado” por el crecimiento en votos y escaños, pero con un resultado global insuficiente.
Insistió en ese “reconocimiento” a Iglesias “como dirigente histórico en nuestro país. Nadie ha sufrido como él y su familia un acoso tan descomunal”, pese a todo lo cual “ha sabido promover cambios muy importantes” que van a perdurar en el tiempo, “con independencia de si los compartíamos al 100 por 100, o al 80 o al 70 por 100”.
Garzón consideró que “hay que repensar el espacio político de Unidas Podemos para reconfigurarlo», y observar muy bien la «nueva fase” que se abre para esta fuerza política en su conjunto, además de los retos que afronta Podemos ante la elección del nuevo/a secretario/a general. Apuntó que en lo primero la “figura de Yolanda Díaz es extraordinaria” y concita un “gran reconocimiento social”, que resulta “muy bueno para poder seguir aportando” con su trabajo, tanto desde dentro como desde fuera de Unidas Podemos.
El coordinador federal valoró que para fortalecer tanto a Izquierda Unida como a Unidas Podemos “hay que entrar más en la cotidianidad de la gente, insertarse en su día a día y en sus cuestiones materiales”, además de “fortalecernos a nivel local”, todo ello para “promover una reforma en nuestra sociedad y que nuestros valores sean dominantes”.
“Izquierda Unida tiene -dijo- más de 35 años. Somos herederos de un bagaje anterior y debemos saber ponerlo en valor en el espacio de Unidas Podemos para la nueva fase que se abre, tanto a nivel de país como en el ámbito internacional”, porque “no podemos ser ajenos a lo que pasa en el mundo”.
Puso el ejemplo de las reformas “keynesianas” que lleva a cabo la Administración demócrata en Estados Unidos para relanzar la economía, basadas en “la inversión pública y la creación de empleo”. Indicó que “ponen en el centro el trabajo y la vida para corregir así las desigualdades sociales, que son desigualdades económicas”.
Alberto Garzón lamentó, no obstante, que estos “cambios de fase”, estén dejando a Europa “por detrás, aferrada a doctrinas conservadoras que se ha visto que no funcionan”, por lo que puso como otro reto más “empujar al Gobierno” y al conjunto de la izquierda “a no quedarse atrás”.
Concluyó su análisis insistiendo en que la situación política, también en España, entra en “una nueva fase”, con riesgos y oportunidades, por lo que “hay que ser capaces de dar con las claves para afrontarlos”, aunque nadie sepa a priori cómo hacerlo y surjan muchas dudas. “Lo que viene es importante. No hay que bajar la guardia. Muchas mentes piensan mejor que unas pocas”.