El responsable federal de Política Internacional de Izquierda Unida, Francisco Pérez Esteban, denuncia que “las sucias maniobras y fuertes presiones que está ejecutando el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE) de ese país para bloquear e impedir la candidatura de Andrés Arauz a las elecciones presidenciales previstas para 2021, precisamente cuando las encuestas dan ganador a este candidato progresista”.
En base a las informaciones y datos que IU recibe de primera mano de fuentes ecuatorianas solventes, esta formación alerta “sobre los hechos gravísimos que pueden sucederse en Ecuador sin solución de continuidad si el CNE impide presentarse a la candidatura favorita para ganar las elecciones. Se perpetraría así un fraude institucional por los mismos órganos del Estado encargados de velar por la pluralidad política. Estaríamos ante una dictadura con fachada democrática”, advierte Pérez Esteban.
En este contexto, Izquierda Unida “rechaza cualquier presión y coacción por parte del Gobierno de Moreno sobre los órganos que deben velar por el cumplimiento legal de los procesos electorales. Alertamos de que el bloqueo de la candidatura de Arauz para la Unión por la Esperanza (UNES) supondrá una clara violación del derecho del pueblo ecuatoriano a elegir a sus representantes y un gravísimo ataque a la democracia y al pluralismo político”.
IU apela a la “responsabilidad histórica demostrada otras veces por el CNE en la defensa de la democracia” y advierte de que si se deja a Andrés Arauz fuera de las elecciones “no solo habrá quien pueda resultar elegido de manera ilegal y fraudulenta en las presidenciales, sino que supondría una ola de desestabilización e inestabilidad política negativa para el futuro de Ecuador”.
Francisco Pérez Esteban incide en que “desde Izquierda Unida hemos denunciado la injusta persecución política y judicial que sufre el expresidente Rafael Correa, hoy en el exilio en Bélgica, precisamente con el fin de impedir que se presentara a las elecciones. Esta persecución, impulsada también por el presidente Moreno y la derecha ecuatoriana, que se vale sin complejos de un poder judicial cooptado y nombrado a dedo, no puede repetirse ni culminar ahora en la figura de Daniel Arauz”.
Considera que “no se puede privar a la ciudadanía de Ecuador ni sacar del juego electoral al candidato de un partido progresista electoral para impedir que llegue al poder un proyecto popular y democrático al servicio de las mayorías sociales y no de las élites de ese país. Esto es así por muchos intereses internos y también externos que hay para que las formaciones de la derecha compitan únicamente entre sí”.