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Por una salida democrática a la crisis política en Perú

La represión de la protesta por parte de las fuerzas armadas de Perú ya ha dejado 20 muertos y casi 200 heridos en las manifestaciones que están teniendo lugar en todo Perú desde la destitución de Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre. La crisis política en la que vive el país desde hace años se ha visto agravada tras la destitución de Castillo tras su decisión de cerrar el Congreso, decisión que no compartimos, y el posterior nombramiento por parte de este de la vicepresidenta Dina Boluarte como presidenta.

En las elecciones de 2021 en Perú las clases populares depositaron sus esperanzas en el presidente Pedro Castillo, un dirigente de origen popular y campesino que podía traer los cambios que necesita la mayoría social, un país atravesado por las desigualdades.

Sin embargo, la derecha representante del poder económico se ha dedicado desde el inicio de la legislatura a bloquear y obstaculizar toda acción del gobierno. Para ello, han aprovechado la fragilidad institucional del país, que sigue bajo la Constitución de 1993, redactada durante el Gobierno autoritario de Alberto Fujimori.

Desde la destitución y detención del presidente Castillo y el nombramiento de Dina Boluarte, se suceden las manifestaciones de sectores populares en todo el país que están siendo brutalmente reprimidas por las autoridades, que han decretado un estado de emergencia para limitar derechos básicos como la libertad de movimiento y de reunión.

Desde Izquierda Unida nos solidarizamos con el pueblo peruano que se manifiesta en las calles por la democracia. En línea con sus demandas, recordamos:

  • Que el pueblo peruano tiene derecho a manifestar su voluntad en las urnas. La propuesta de Boluarte de convocar elecciones en abril de 2024 es inaceptable y estas deben convocarse con la mayor prontitud posible.
  • Que debe iniciarse un proceso constituyente para acabar definitivamente con el fujimorismo que durante décadas ha perpetuado un modelo autoritario y corrupto.
  • Que debe acabarse inmediatamente la brutal represión de las protestas ciudadanas.
  • Que se debe garantizar los derechos humanos y que estos no se pueden suspender ni en un contexto de crisis.

Las esperanzas de cambio del pueblo peruano no pueden verse nuevamente frustradas por un estado violento y autoritario que sólo busca perpetuar los privilegios de una élite.

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