El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, considera que la aprobación esta semana en el Congreso de los primeros Presupuestos Generales del Estado (PGE) del actual Gobierno de coalición, en el que él es ministro de Consumo, debe verse como un “claro mensaje político y la cristalización de la modernización económica y social que queremos para España”. Garzón entiende que hay motivos para alegrarse y de “celebración modesta” por lo alcanzado, pero ha advertido de que no se puede bajar la guardia, que “hay que estar preparados” y “tenemos que protegernos y defendernos” por si sale adelante “alguna de esas ofensivas reaccionarias de la derecha sociológica de nuestro país” que ataca cada día al espacio de confluencia de Unidas Podemos.
El máximo responsable de IU centró en estas ideas buena parte de su intervención al comienzo de la reunión telemática y física de la Mesa Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, ampliada a las direcciones políticas de Izquierda Unida, Podemos y Comuns que se desarrolla durante toda la mañana. En este encuentro han intervenido también en abierto el secretario general de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias; la alcaldesa de Barcelona. Ada Colau, así como Jessica Albiach, candidata de En Comú Podem a la presidencia de la Generalitat en los comicios catalanes del próximo año.
Garzón valora que la aprobación de las nuevas cuentas públicas para 2021, tras más de tres años de vigencia de los últimos presupuestos ideados por Cristóbal Montoro desde el Gobierno del PP, “tiene una carga de profundidad política enorme”, entre otras razones porque muestra a las claras “cómo nuestra presencia en el Gobierno se traduce en que desplegar importantes políticas públicas en beneficio de las familias trabajadoras”.
Además, sirven para evidenciar que “hay estabilidad política” y para acallar a “aquellos que decían que con este Gobierno nunca la habría”. El ministro de Consumo recalcó que los PGE “han sido apoyados por más de 10 partidos” y apuntó que los que “siguen diciendo que carecen de consenso son los mismos que creen que ‘si no se pacta con el PP, no hay consenso’”.
Alberto Garzón ha estructurado su análisis sobre el momento político en varios apartados muy concretos. Explicó que estos Presupuestos suponen un “tercer hito” sobre lo que puede dar de sí la “alianza heterogénea” de distintas fuerzas políticas, más allá de las encuadradas en el grupo de Unidas Podemos, y que él denomina sin ambages como “alianza republicana”. Los dos precedentes fueron “la moción de censura de 2018 y la construcción de la mayoría de investidura en 2019”.
«Se ha visualizado -dijo- que compartimos la necesidad de abordar cambios” y “nuestra apuesta por reforzar los servicios públicos y los derechos sociales”, pero también la de “abordar los problemas territoriales desde la visión de un país plurinacional”. Frente a esta opción que refleja una “mayoría social heterogénea, amplia y plural” solo está la alternativa de “las múltiples derechas que plantean una España homogénea, gris y centralizada”.
El coordinador federal de IU reclamó que este espacio plural es “la condensación política de la respuesta a la grave crisis anterior (la iniciada en 2008)” y también de las reacciones que se sucedieron contra sus consecuencias, desde las movilizaciones del 15M a las posteriores desarrolladas por la sociedad civil y desde distintos movimientos y grupos”. “No lo hemos olvidado y demostramos que las crisis se pueden gestionar de formas distintas”, apuntó.
Destacó que “queremos modernizar España a partir de parámetros económicos y sociales”, y que lo que está ocurriendo es “un proceso constituyente de facto para cambiar el modelo de quienes han gozado de privilegios, que ahora empiezan a temblar y están disparando nerviosos contra nosotros”.
Garzón diseccionó también los duros y graves ataques que se suceden contra el espacio de Unidas Podemos, recrudecidos desde su llegada al Gobierno. Indicó que el partido de Pablo Casado está detrás de buena parte de ellos, para lo que el PP no ha dudado en “utilizar a las instituciones, a las fuerzas policiales, se han enorgullecido de usar a jueces en su beneficio propio y hasta a medios de comunicación para inventar noticias, desvirtuando de esta manera la esencia de las instituciones democráticas”.
Consideró que “esto es muy grave” y avisó de que “no se puede normalizar” por muchas veces que se repita. Al mismo tiempo, lanzó la pregunta retórica de “¿por qué nos odian tanto?”, que él mismo respondió: “la derecha ha gobernado España como si fuera su cortijo. Creen que los que no piensan como ellos son la ‘anti España’. Muestran su impotencia para convencer y seducir, y mientras nosotros seguimos trabajando, ellos demuestran así su incompetencia y debilidad”.
Llegado a este punto, hizo un llamamiento específico a “estar preparados para cualquier escenario”. Para ser “optimistas”, por el “horizonte republicano” que se abre, o por el trabajo para “cambiar las instituciones agotadas para un nuevo modelo de país”, pero también por si sale adelante “alguna de esas ofensivas reaccionarias de la derecha sociológica” a través de su control de algunas instituciones y de algunos medios de comunicación.
Avisó que aunque la “derecha política es inane”, no pasa lo mismo con la “derecha sociológica”, y puso el ejemplo de cómo “la derecha judicial se cree impune y es más reaccionaria que la propia extrema derecha”.
Para Alberto Garzón, con este panorama “tiene mérito que estemos aquí, porque teníamos prácticamente todo en contra”. Pero advirtió también de que queda mucho trabajo por hacer, empezando por “tejer alianzas” para “desarrollar la libertad republicana”, entre otras cosas porque “no puede haber libertad si la gente no tiene trabajo, si no tiene vivienda o si no tiene qué comer”.
Estas alianzas que ya se construyen deben de ser “políticas”, como se ha demostrado, pero también “sociales”, porque son necesarios para este trabajo “los sindicatos, los movimientos sociales, la izquierda organizada, pero también la sociedad no organizada” y los múltiples grupos, asociaciones y plataformas que trabajan para alcanzar objetivos concretos.
Aseguró que el espacio político donde se encuadra Izquierda Unida y Unidas Podemos “es un motor de desarrollo económico” y, pese a que no se reconozca, “hay muchas empresas a las que les interesa mucho más nuestro modelo de modernización que el de las derechas”.
Garzón concluyó su intervención apuntando que “no nos van a atacar a todos por igual, sí a los más visibles, empezando por Pablo Iglesias, vicepresidente de este país”. Insistió en que “tenemos que protegernos y defendernos. Si atacan a Pablo, atacan a todo el espacio político y lo hacen porque este espacio tiene sentido”.
“Estar juntos -dijo- no significa no poder discrepar, pero estamos en la misma trinchera frente a los que nos quieren ver en la cárcel y, como hemos visto ahora en algunos casos, incluso fusilados”.