Izquierda Unida, a través de su responsable federal de Memoria Democrática, Esther López Barceló, “se felicita” por la aprobación hoy por parte del Gobierno de coalición del anteproyecto de ley de Memoria Democrática por el “importante avance cualitativo” que supone y por la “encomiable y necesaria rectificación de la limitada ley de Memoria Histórica”, en vigor desde 2007.
López Barceló se muestra “especialmente satisfecha” al “constatar en la práctica cómo un gran número de las medidas incluidas ahora en este nuevo texto están directamente inspiradas en la proposición de ley de Memoria Democrática que trabajamos directamente desde Izquierda Unida y que registramos ya en 2018 en el Congreso a través de nuestro grupo de Unidas Podemos”.
“No obstante -destaca muy especialmente la dirigente federal de IU- habría sido imposible llegar hasta aquí sin la lucha incansable de las víctimas de la dictadura franquista y de sus familias que componen las asociaciones memorialistas”.
Recalca que “nos sentimos muy orgullosas y sin duda seguiremos su ejemplo de lucha hasta el final, incluso en las peores circunstancias, por la Verdad, la Justicia y la Reparación. Incluso para vergüenza de nuestro sistema democrático se vieron obligadas a buscar en la justicia Argentina el reconocimiento de los derechos que se les ha negado en nuestro país hasta hoy, más de 40 años después de la muerte del dictador”.
El aplauso por la inclusión de medidas concretas que IU plantea desde hace años no impide que “sigamos defendiendo durante la tramitación parlamentaria que inicia la nueva ley otras cuestiones importantes que aún siguen fuera del anteproyecto”, según López Barceló.
A su juicio, “coincidimos con un buen número de integrantes de las asociaciones memorialistas en considerar suficientemente significativas algunas medidas que faltan como para esforzarnos aún más en que acaben incluidas en la Ley de Memoria Democrática definitiva”.
Esther López Barceló reconoce la satisfacción de IU al haberse incluido reivindicaciones concretas como crear una fiscalía específica para investigar las desapariciones forzosas, la persecución del expolio franquista, el censo de empresas que se lucraron del trabajo forzado de las personas presos por motivos políticos”.
“También -añade- la largamente buscada resignificación del conocido hasta ahora como Valle de los Caídos, la nulidad de las sentencias franquistas, la anulación de títulos nobiliarios y reconocimientos a destacadas figuras del franquismo, así como la extinción de fundaciones que siguen haciendo apología de la dictadura como la Francisco Franco, que las personas que formaron parte de las Brigadas Internacionales accedan a la nacionalidad española, además del avance en el reconocimiento de quienes integraron la guerrilla antifranquista”.
La responsable de Memoria Democrática de IU apostilla que “ya es hora de que nuestra democracia desentierre sus cimientos de las miles de fosas comunes que se mantienen y los apoye en la ruptura moral y legal con el franquismo y todo aquello y aquellos que lo sostuvieron”.
Por otra parte, Izquierda Unida seguirá con su nítida defensa a través del grupo parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso de cuestiones como:
– La anulación de los apartados e) y f) del art. 2 de la Ley de Amnistía, en los que se basan los tribunales de justicia para obstaculizar la investigación de los crímenes franquistas. Son delitos de lesa humanidad que, por su naturaleza, no prescriben, coincidiendo así con el criterio que destaca Naciones Unidas.
– Ampliar el periodo de referencia de transición desde la muerte de dictador hasta 1983, ya que hasta ese año se contabilizan hasta 188 víctimas mortales de violencia de origen institucional por parte del Estado.
– Que la nueva ley incluya una condena expresa del golpe de Estado y la dictadura.
-La desacralización del Valle de los Caídos y la recuperación completa por parte de Patrimonio Nacional del lugar para su gestión directa y total.
Esther López Barceló no rehúye la autocrítica “porque es obvio que el contenido de esta nueva ley llega tarde”, no obstante se muestra “convencida” de que “a partir de ahora habrá margen suficiente para la negociación y el debate durante el trámite parlamentario. Creemos que comienza un nuevo tiempo de esperanza”.