Izquierda Unida considera que la reindustrialización del país es un “elemento clave y estratégico innegociable” y advierte de la necesidad urgente de un Pacto de Estado por la industria y la reindustrialización, liderado por el Gobierno de coalición en coordinación con el resto de administraciones autonómicas y los agentes sociales, para hacer frente a la oleada de deslocalizaciones planteadas por grandes empresas y multinacionales concretas que parten, en muchos casos, de “coartadas económicas que no son ciertas más allá de su intento de maximizar beneficios”.
La responsable federal de Acción Política y Conflictos, además de portavoz de IU en el Parlamento Europeo, Sira Rego, señala que “nuestra organización va a intensificar su actuación en las próximas semanas con un doble objetivo. En primer lugar, vamos a volcarnos en la defensa de los/as trabajadores/as y sus familias que ven amenazados sus puestos de trabajo, como ya venimos haciendo en multitud de conflictos”.
“Esto incluye -detalla-, en coordinación con las direcciones de todas las federaciones de Izquierda Unida afectadas, facilitar la tarea y servir de puente de unión junto a las representaciones sindicales para conseguir la máxima unidad de acción ante los atropellos laborales que se están cometiendo”.
Además, “promoveremos a través de nuestra múltiple representación institucional a nivel local, estatal y europeo todos los encuentros necesarios para estar a la cabeza de las propuestas para la reindustrialización del Estado español”, expone Rego.
El objetivo está claro, “que se pueda hacer frente más fuertes a futuras situaciones como la vivida por la crisis sanitaria del Covid-19 y conseguir que la ciudadanía tenga una mejor calidad de vida tras más de 40 años sin una verdadera política industrial, que se abandonó en los años 80 y cuya debilidad ha puesto ahora de manifiesto la pandemia”.
Izquierda Unida considera que situaciones como las generadas por Nissan, Alcoa, Siemens Gamesa, Alu Ibérica o Airbus, junto a otras empresas de menor tamaño pero no menos importantes, hacen “absolutamente necesario que salgamos de esta crisis recuperando el peso industrial que nunca debimos perder”.
De ahí que la dirección federal de IU, en coordinación con las redes de Energía e Industria de esta formación, destaque que cualquier plan estratégico de las compañías “se hace como mínimo a 3 o 5 años vista. Tener un trimestre malo o unas perspectivas dudosas en el corto plazo no debería servir de excusa para perpetrar acciones empresariales tan radicales, que destrozan el tejido productivo y miles de puestos de trabajo”.
“El futuro industrial pasa por impulsar desde lo público la consolidación de empresas serias, por proyectos industriales rigurosos y coherentes, por incentivar a aquellas compañías que se comprometan con el empleo y el territorio, y también por desenmascarar a todas aquellas que acuden a éste o a cualquier otro país con la única intención de cazar ayudas públicas que garanticen un rápido beneficio, sin ánimo de permanencia”.
Sira Rego incide en que “la misma defensa que hacemos desde la dirección de IU la tenemos desde nuestra representación en el Gobierno de coalición para reforzar los sectores estratégicos de la economía y los de alta densidad tecnológica, esos que funcionan como tractores de la economía. Aproximarnos al nivel salarial de otros Estados europeos pasa por la reindustrialización. Para ello hay que invertir más en innovación, en educación y utilizar los instrumentos del Estado para garantizar la permanencia de industrias de sectores estratégicos y tener una política industrial verdadera”.
De hecho, el Ejecutivo ha aprobado hoy poner en marcha una línea de avales del ICO por importe de 40.000 millones de euros para impulsar nuevos proyectos de inversión empresarial y crea un fondo de 10.000 millones para apoyar la solvencia de las empresas estratégicas.
“Además -incide la portavoz de IU en el Parlamento Europeo-, una Unión Europea con Estados que vayan a ‘dos velocidades’ es inviable e insolidaria. No vamos a permitir que sigan creciendo las diferencias entre una Europa del norte y una Europa del sur en términos no solo geográficos, sino de potencia industrial y económica. Apostar por la reindustrialización sirve también para consolidar el proyecto europeo y, desde luego, sin enfrentar a los trabajadores de los Estados miembros con el juego de las deslocalizaciones”.