El responsable federal de Empleo y Modelo Productivo de Izquierda Unida, José Antonio García Rubio, considera que los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2020, hechos públicos hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), “solo reflejan parcialmente los efectos sobre el empleo del estado de alarma por la pandemia del Covid-19, en concreto las semanas 11 a 13 correspondientes a marzo”.
No obstante, advierte de que “estos datos, además de los que aparezcan en los próximos meses, son determinantes para tomar las decisiones impostergables que para construir un nuevo modelo productivo en España. Las medidas de desaceleración deberían tenerlo en cuenta junto a otro enfoque de la jornada laboral y de su duración”.
García Rubio apunta que “es preciso ser prudentes con estos datos, ya de por sí muy graves. El INE, aunque advierte de las circunstancias temporales del trabajo, debería proporcionar una información complementaria sobre lo ocurrido en la segunda quincena de marzo, que es la parte de la muestra general que ya puede reflejar las consecuencias del estado de alarma”.
“Los datos -detalla- reflejan una situación que no se producía desde 2013. El cambio brusco de tendencia es muy fuerte porque la EPA del último trimestre de 2019 señalaba la mayor creación de empleo en los últimos 13 años. Además. Las cifras conocidas hoy prefiguran unas expectativas mucho más preocupantes para el próximo trimestre”.
El responsable federal de Izquierda Unida comenta que “la población ocupada ha bajado en 285.600 personas. Pero hay que tener en cuenta que esta cifra no incluye a los afectados por un ERTE con suspensión de empleo que, según la metodología de la EPA, se consideran ocupados mientras dicha suspensión sea inferior a tres meses”.
Sin embargo, “se puede hacer indirectamente una valoración más precisa teniendo en cuenta las horas de trabajo efectivamente realizadas, que han sufrido una disminución del 4,25% respecto al trimestre anterior. Igualmente, la cifra de parados -aumentó en 121.000 personas- puede ser mucho más baja de lo real, al existir la posibilidad de que muchos desempleados hayan sido definidos como inactivos, al no estar en condiciones de buscar trabajo según las exigencias de la encuesta”.
Incide también en que “la pérdida de empleos se ha dado fundamentalmente en el sector servicios y ha afectado esencialmente a los trabajos precarios”.
José Antonio García Rubio subraya que “la misma encuesta aporta que en el período de referencia los ocupados que no han trabajado han aumentado mucho más, en total 509.800 personas. Las causas son el paro debido a razones técnicas o la regulación de empleo son las razones que apunta la EPA”.