El portavoz parlamentario para temas de Latinoamérica del grupo parlamentario confederal de Unidas Podemos y diputado de Izquierda Unida, Enrique Santiago, ha animado esta tarde en el Congreso a la titular de Exteriores, Arancha González Laya, a que “recupere el papel privilegiado de España en América Latina, tan deteriorado en los últimos años, que debe de volver a ser uno de los objetivos de nuestra diplomacia”.
Santiago enfrentó este objetivo a la situación de la que se parte, en la que tiene mucho que ver la “irresponsable política exterior” practicada años atrás por el PP, especialmente por José María Aznar, “que confundió su posición ideológica y la de su partido con los intereses de nuestro país”.
El parlamentario de Unidas Podemos hizo estas valoraciones durante el turno de réplica a la intervención de la ministra en su primera comparecencia en esta legislatura en la comisión parlamentaria de Exteriores para exponer sus planes de gobierno. Para el dirigente de IU “se deben priorizar los interese estratégicos comunes de España y de los pueblos de América Latina, apartándose de cualquier actitud injerencista”, ya que, como criticó con crudeza, “parece que en este Congreso hay fuerzas políticas que aún no se han enterado de que ya no tenemos provincias de ultramar, sino que tenemos que relacionarnos con países que son soberanos”.
Lamentó que estos países, según han avanzado en su integración regional y se han separado “de las aspiraciones coloniales de otros, han sido duramente atacados en su soberanía”. Recordó que algunos de ellos incluso “han sido castigados con bloqueos que según la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la señora Bachelet, solo causan hambre y daño a los pueblos”.
Enrique Santiago enfatizó que “la coerción para cambiar los gobiernos, ya sea militar, económica o política, está prohibida por el Derecho Internacional. El único mecanismo de coerción valido es el que aprueba el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas conforme a la Carta de la ONU, y no es el caso de los bloqueos a Cuba y a Venezuela, como no lo fue en el caso de Iraq”.
El portavoz parlamentario para temas de Latinoamérica de Unidas Podemos insistió en que la que había calificado como “irresponsable política exterior” de los anteriores ejecutivos del PP “provocó la pérdida de nuestra influencia diplomática porque decidió supeditar nuestra política a la de otros. Claro, los países latinoamericanos dijeron ‘para qué vamos a interlocutar con el guardián de la finca si podemos hacerlo con el dueño’”.
Puso como ejemplo un tema bien conocido por él, la influencia de España en los procesos de paz en Colombia. Aseguró que “en los años 84, 92 y 98 España jugó un papel esencial, igual que en Contadora; sin embargo en el proceso de paz, que no fue fallido, de 2012-2016 España brilló por su ausencia. El PP fue incapaz de enterarse que había un proceso de paz”.
En esta misma línea, criticó a las formaciones conservadoras del Congreso que “les falta un poco de credibilidad sobre derechos humanos cuando son incapaces de condenar los asesinatos de líderes sociales y ex guerrilleros en Colombia, más de 700 desde la firma del último acuerdo de paz”. A su juicio, “el día en que la derecha de este país sea capaz de condenar estos asesinatos, entonces veremos que tiene un mínimo interés por defender los derechos humanos”.
Enrique Santiago reclamó a la ministra González Laya que el Gobierno se involucre más en los temas de Latinoamérica. Para ello, enumeró las graves crisis que se han sucedido los últimos meses en algunos de estos países: “en El Salvador -dijo- acabamos de ver un espectáculo lamentable de injerencia en las instituciones democráticas por parte del presidente; en Brasil se ha encarcelado presidentes de forma inaceptable; en Ecuador hay una persecución generalizada a representantes del anterior gobierno”.
“Y en Bolivia -recalcó- ha habido un golpe de Estado. Nos alegramos mucho de que el Ministerio español de Asuntos Exteriores hablara claramente de una ‘intervención militar’, que es lo que es cuando el ejército impide que se acabe un proceso electoral, no tiene otro nombre”.
Como no podía ser menos, el tema que provocó una reacción airada contra el diputado de IU entre algunos de los parlamentarios de derecha y ultraderecha presentes fue el de Venezuela. Ocurrió cuando Santiago aseguró que “en diplomacia no hay que confundir los deseos con la realidad. Ustedes pueden pensar que el presidente de Venezuela es quienes a ustedes les parezca, pero les sugiero que se lean la edición del ‘New York Times’ de la semana pasada, el 13 de febrero de 2020, donde decía claramente que el señor Guaidó es ‘el jefe de la oposición venezolana’ y cuando a alguien se le ocurre hacer un trámite consular con Venezuela no acude al señor Guaidó, sino a las autoridades legítimas venezolanas”.