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“Sin memoria no hay orgullo” – Manifiesto del Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de IU (ALEAS-IU) por el Orgullo 2019

La memoria combativa de las personas LGTBI ha existido siempre, la memoria de quien lucha por el derecho a ser. Es la memoria de las represaliadas, de las invisibles, la que dio lugar a la conciencia que se convirtió en colectiva bajo una bandera de igualdad.

Ha sido esa lucha colectiva, la organización, la lucha social, política y de clases, en la calle e instituciones, la que nos ha llevado a conquistar derechos y construir un mundo en igualdad con base en los derechos humanos.

Nuestra memoria es la de quienes hace 50 años alzaron la voz para nunca más ser silenciadas. Es la memoria de nuestra conciencia de clase que se alza contra el capitalismo para exigir más derechos sociales, más sanidad pública, educación inclusiva y empleo digno y garantizado. Nuestra memoria es la de la discriminación y exclusión social. La de tantas compañeras que han sufrido persecuciones y agresiones a lo largo de la historia; la de las castraciones forzosas; las que han sufrido descargas eléctricas, lobotomías y electroshock como forma de revertir nuestra forma de ser.

Nuestra memoria es de lucha antifascista que nos marcaba como enfermas mentales, que nos hacinaba y asesinaba en campos de concentración por nuestra orientación sexual y expresión e identidad de género. Compartimos lucha con esas generaciones, incluso con quienes no están y con quienes luego vendrán. Lo hacemos con orgullo, en una trinchera de izquierda conscientes de que queda aún un largo camino por delante. Solidarias con aquellos países en las que las personas LGTBI son ilegales y aún son condenadas a muerte por amar y ser quien son.

Hoy somos las que registran seiscientas treinta agresiones al año; las que tienen un noventa por ciento de paro como mujeres trans; las que sufren acoso y discriminación en el colegio; y a las que se invisibiliza si eres mayor o cuentas con alguna discapacidad que queda fuera e invisibilizada dentro de esta sociedad capacistista y heteronormativa.

Nuestro camino ha sido duro, pero gracias a la lucha y liberación de quienes nos ha precedido, hoy nosotros, nosotras, nosostres seguimos sus pasos para garantizarle un futuro en igualdad, solidaridad, pensamiento colectivo y libertad a quien luego tomará el testigo de esta lucha.

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