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El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha considerado que las últimas valoraciones e insultos lanzados por dirigentes del ultraderechista partido Vox a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo sobre la violación cometida por los integrantes de La Manada solo buscan “incrementar la polémica para ser objeto de atención”. No obstante, opinó que este tipo de ideas están “fuera de lugar en una sociedad democrática” que persigue imponerse a “las peores formas de la violencia machista”.
Durante la entrevista de esta mañana en el programa ‘Los Desayunos de TVE’ valoró que actuaciones de este tipo “no deben sorprendernos”, ya que tienen mucho que ver con el espacio de la ultraderecha procedente del “franquismo que estaba inserto en la estructura del PP” ocupado ahora por el partido de Santiago Abascal, tras “emanciparse” y operar sin tapujos.
Garzón opinó que la postura adoptada a través de sus valoraciones por el portavoz de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, -una persona que procede de la judicatura y ahora se mete a político tras una polémica carrera- es “muy singular”, como otras parecidas de dirigentes del mismo partido, que encajan en una posición “patriarcal y machista”.
No obstante, se mostró más preocupado por lo que tachó de “señales de alarma”, en relación a que el Tribunal Supremo haya interpretado el Código Penal de forma “muy diferente” a como lo hizo la mayoría del tribunal sentenciador del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, uno de cuyos magistrados integrantes llegó a decir en su voto particular que hubo ‘jolgorio’ en lo que nunca consideró como una violación.
Para Alberto Garzón, los jueces también “son personas” y éstas “tienen ideología”, por lo que la neutralidad absoluta “no existe”. Esto lleva a que sí haya miembros de la judicatura que tratan de ser “lo más objetivos posible”, mientras otros muchos “no lo son y se dejan llevar por sus demonios interiores”.