Las elecciones generales del 28 de abril dejaron un escenario político del que destacamos tres características principales:
- Consolidación del PSOE como primera fuerza política del país, afianzando el liderazgo del espacio progresista frente a las derechas radicalizadas.
- Estrechamiento del espacio político de Unidas Podemos y las confluencias que, aun conservando una posición determinante en la correlación de fuerzas parlamentaria, sufrió una importante sangría de votos y diputados.
- Competición descarnada dentro del bloque de la derecha por su liderazgo.
Estas tres características comenzaron a resaltar especialmente a partir de la moción de censura y son las tres características que han atravesado el ciclo político-electoral que iniciamos el 28 de abril y acabamos ayer 26 de mayo. La diferencia principal entre una fecha y otra es la profundización de la tendencia y, especialmente, de las dos primeras características.
Para analizar los resultados de las elecciones del 26 de mayo tenemos que tener precaución, pues presentan resultados desiguales y una diversidad de factores innumerables principalmente porque las elecciones se celebraron en tres niveles territoriales distintos: europeas, autonómicas y municipales. Y todo eso sin olvidar que los cientos de pueblos y ciudades en los que IU ha concurrido presentan, a su vez, particularidades municipales.
No obstante, podemos resaltar una característica transversal: el estrechamiento del espacio de la izquierda como síntoma de un nuevo ciclo. Así pues, podemos afirmar con rotundidad que los resultados de las elecciones del 26 de mayo han sido malos. La reflexión y la autocrítica se antojan imprescindibles para reconstruir un espacio político democrático, popular, feminista, ecologista y de clase. Hacia ese objetivo dirigimos nuestros esfuerzos y recursos desde hoy mismo: la gente trabajadora necesita una izquierda firme, coherente y capaz de traducir la presencia institucional en construcción de sociedad civil, organización popular y propuestas que mejoren sus condiciones de vida.
Elecciones Europeas
El resultado de las elecciones europeas ha sido indiscutiblemente malo. El PSOE ha conseguido un amplio triunfo, aumentando el porcentaje del voto que recibió́ en las generales hasta un 32% y nuestro espacio ha retrocedido no sólo respecto a 2014 como era más que previsible, sino también respecto a las elecciones generales celebradas hace tan sólo un mes al pasar del 14,31% al 10,1%. Esto último parece confirmar dos cosas: la profundización de la tendencia positiva para el PSOE y negativa para nuestro espacio y el éxito relativo pero puntual de la campaña electoral del 28 de abril que permitió una ligera remontada respecto a los peores augurios de las encuestas.
Elecciones autonómicas
En cuanto a las elecciones autonómicas, aumentamos de 9 a 11 parlamentarias y parlamentarios y aumentamos de 4 a 8 los parlamentos autonómicos en los que tenemos representantes de IU, quedando el mapa de la siguiente manera:
Federación | 2015 | 2019 | Diferencia |
Asturias | 5 | 2 | -3 |
Cantabria | 0 | 0 | = |
La Rioja | 0 | 1 | +1 |
Navarra | 2 | 1 | -1 |
Aragón | 1 | 1 | = |
País Valenciá | 0 | 2 | +2 |
Murcia | 0 | 0 | = |
Castilla-La Mancha | 0 | 0 | = |
Baleares | 0 | 1 | +1 |
Extremadura | 0 | 1 | +1 |
Canarias | 0 | 0 | = |
Madrid | 0 | 2 | +2 |
Castilla y León | 1 | 0 | -1 |
Total | 9 | 11 | +2 |
Una conclusión inequívoca que podemos extraer del resultado de las elecciones autonómicas es que, en líneas generales, en los territorios en los que hemos ido en confluencia hemos bajado menos que en aquellos territorios donde hemos ido en solitario. Dentro de una tendencia descendente de estrechamiento de nuestro espacio, resistimos mejor cuando vamos en confluencia. Cabe destacar también que en todas las federaciones en las que hemos ido en confluencia la lista unitaria ha sacado un resultado peor que en las elecciones generales del 28 de abril.
Elecciones municipales
En cuanto a las elecciones municipales, la noticia más destacable ha sido la pérdida de todos los llamados “ayuntamientos del cambio” con la excepción de Cádiz y de Zamora, donde IU ha incrementado su apoyo. Tendremos que esperar al 15 de junio -día en el que se conforman los Ayuntamientos- para hacer un recuento de gobiernos y cogobiernos y así poder hacer una comparación respecto a 2015.
En cualquier caso, podemos destacar que, en aquellos municipios en los que tenemos una mayor solidez organizativa, hemos resistido ostensiblemente mayor. Esta conclusión por sabida no deja de ser importante, pues marca el camino a seguir: arraigo territorial y refuerzo organizativo.
Cabe destacar que nuestro espacio político viene marcado por el espectáculo negativo permanente, casi siempre en torno a divisiones internas. El ruido generado por dichos espectáculos, dentro de una organización o entre las organizaciones que componemos el espacio de la izquierda, ha deteriorado nuestra imagen y por consiguiente nuestra propuesta electoral. Sin ser el único factor ni el más determinante, es imprescindible un llamamiento a la responsabilidad individual y colectiva para empezar a revertir una situación lesiva para los intereses de la mayoría social de nuestro país, de nuestras comunidades y de nuestros pueblos y ciudades.
A pesar de esto, y aunque no sea consuelo, hay que destacar que Izquierda Unida después de este ciclo electoral ha reforzado su presencia institucional en los ámbitos autonómicos (se ha aumentado representación) y en los ámbitos municipales (aun a la espera de hacer el recuento de los concejales de IU obtenidos en las coaliciones). Por lo tanto, tenemos mejor base que hace cuatro años para fortalecer nuestro proyecto político.
Por todo ello, pedimos responsabilidad, unidad y honestidad para estar a la altura de los retos que afrontamos como izquierda y como pueblo.