El responsable federal de Empleo de Izquierda Unida, José Antonio García Rubio, considera que el descenso del paro en abril registrado por los servicios públicos de empleo “es positivo, pese a la gravedad que supone que más de 3,1 millones de personas sigan sin trabajo, y demuestra con claridad que la tan denostada por algunos subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) no tiene influencia negativa en la creación de empleo. No obstante, los problemas de estacionalidad mantienen una influencia significativa en la contratación, de ahí que crezca coincidiendo con la Semana Santa”.
“Esta estacionalidad -subraya el responsable federal de IU- es uno de los rasgos de un modelo de contratación laboral negativo para el empleo, como consecuencia de un modelo productivo perverso y de las sucesivas reformas laborales del PP y del PSOE cuyos efectos negativos se mantienen muy vigentes para trabajadores y trabajadoras”.
García Rubio apunta, a su vez, que “hay que subrayar también, y precisamente refuerza esa tendencia, que se incrementa el peso de la contratación temporal -más del 90%- debido al mayor número de contratos en los servicios de hostelería de bajo valor añadido”.
En su opinión, “no cabe ningún tipo de euforia ni al recurso fácil a la propaganda, sobre todo al analizar que, pese a que la afiliación a la Seguridad Social aumenta en 186.785 personas, los contratos indefinidos apenas llegan al 7,4%, menos incluso que en el mismo mes de 2018”.
El responsable federal de Empleo de Izquierda Unida indica que “otro dato preocupante es que la recuperación del empleo se mantiene mucho más lenta entre las mujeres. Ellas representan ahora seis de cada diez personas en paro”.
Para José Antonio García Rubio, “no se debe perder de vista que en el último año el volumen relativo de reducción del paro ha sido casi del doble (7,17%) entre los trabajadores que entre las trabajadoras (3,72%), mientras que cuando el empleo decae, lo hace más rápidamente entre las trabajadoras”.