Izquierda Unida, a través de su Área Federal de Educación, traslada su “decidida apuesta por la escuela pública, mucho más en fechas como hoy en que se celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano, en conmemoración del Congreso Mundial celebrado en Londres en 1971. La escuela pública es la única que asegura la cohesión social y evita la segregación escolar”.
Los datos existentes confirman una realidad implacable: no hay gitanos/as en la escuela privada y muy pocos/as en la concertada, entre el 7% y el 10%. “La aplicación de la LOMCE que impuso el PP, así como el modelo de bilingüismo desarrollado en algunas comunidades autónomas ha acentuado esta discriminación”, denuncia Enrique Díez, responsable federal del Área de Educación de IU.
Destaca que a pesar de los notables avances en los últimos años, “cifras como estas ponen en evidencia la exclusión que sufre la población gitana en España. Todo ella se manifiesta de manera clara y práctica en el importante fracaso educativo del alumnado de extracción gitana. Así, 6 de cada 10 niños y niñas gitanas no terminan la Educación Secundaria Obligatoria, 43,3% de estos/as jóvenes entre 15 y 19 años ni estudia ni trabaja y la tasa de exclusión del empleo entre la población gitana es del 78,6%”.
Díez recuerda que tanto los expertos en Educación como quienes diseñan la prueba de evaluación internacional PISA “señalan como primera causa del fracaso en la escuela la segregación escolar. La situación socioeconómica y cultural de la familia repercute directamente sobre los resultados académicos del alumnado, más que cualquier otra consideración”.
“Por tanto -advierte-, cuando hablamos de un colectivo humano que sufre una situación de marginación y exclusión social histórica, con gravísimos problemas de vivienda y empleo, no podemos separar los resultados escolares de este contexto. Sólo reforzando las políticas de lucha contra la pobreza y la exclusión, y si se apuesta por medidas que promuevan la cohesión social y los derechos más básicos de toda la ciudadanía conseguiremos que un derecho humano universal como el acceso a la educación se haga en condiciones de equidad”.
Izquierda Unida considera que “la anómala dualidad público-privado (concertada o no) que existe en el sistema educativo español consolida y, a menudo, legitima esta diferenciación social”.
Enrique Díez detalla también que “la escuela pública, a través de los/as muy buenos profesionales con los/as que cuenta, intenta garantizar el desarrollo de las diversidades culturales. Pero el modelo de subvenciones y conciertos en favor de la escuela privada y el desigual sistema de admisión del alumnado acaba conformando escuelas específicas donde se matriculan, mayoritariamente, niños y niñas gitanos y no gitanos de familias socioeconómicamente deprimidas y marginales”.
“Es el indicativo -explica- de una política educativa que colabora, cuando no legitima, una diferenciación social que de forma implícita reconoce una discriminación y mantiene vigentes unos prejuicios contra las personas pobres en general y la población gitana, en particular, que hace imposible el mandato constitucional de la igualdad de oportunidades”.
Izquierda Unida defiende y exige desde su Área Federal de Educación “una enseñanza pública y gratuita como condición necesaria para que la educación sea un derecho garantizado por la comunidad social e instrumento de cohesión y de igualdad”.
“El derecho a la educación -expone- se debe entender también como derecho de todo el alumnado a aprender con éxito, al margen de su origen o condiciones socioeconómicas, culturales o de índole personal. La escuela pública, que no la privada ni la concertada, ya lo practica y será la única que asuma de forma correcta la atención de lo rural y lo marginal”.