
El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha mostrado a primera hora de esta mañana en Sevilla “como no podía ser de otra manera, nuestro apoyo a la reforma para la reducción de la jornada laboral” y ha criticado duramente el rechazo a que esta tarde se apruebe en el Congreso la tramitación de esta ley de esas “derechas que tienen diferentes banderas, pero un mismo dueño que es el dinero y el gran empresariado: Junts, muy independentistas desde la derecha catalana, Vox, muy español, y el Partido Popular, muy de derechas también”.
Antes de participar junto a dirigentes locales de IU Andalucía en la caravana organizada por CCOO y UGT en la capital sevillana para respaldar la tramitación parlamentaria de la norma, englobada en las movilizaciones en todo el Estado, Maíllo advirtió de que estas formaciones conservadoras y ultraderechista buscan tumbar “una medida que incluso beneficia a los votantes de la derecha, que beneficia a un conjunto de 12 millones de trabajadores y trabajadoras y que puede suponer también la mejora para sectores que están muy precarizados, con unas subidas de salario de hasta el 7%”.
El máximo responsable de IU destacó que detrás de este rechazo a la ley “solo está su obsesión por derribar el Gobierno”. Mientras, “nosotros desde Izquierda Unida defendemos esta propuesta de reducción de jornada”, que tachó de “muy importante”, como lo es también “el retrato que se hagan las demás organizaciones” si la tumban.
“Por eso estamos aquí -dijo Maíllo- y por eso estuvimos ayer en el encierro organizado por los secretarios generales de las CCOO y de UGT”, al que solo acudieron hasta el Centro Pastoral San Carlos Borromeo en Madrid para respaldar a las direcciones de los sindicatos los/as diputados/as de IU en el Congreso, encabezados por su portavoz, Enrique Santiago.
La peculiar cohesión de la derecha
Y apostilló que “estamos aquí también diciendo que hay una parte amplísima y mayoritaria de la sociedad española en favor de la reducción de la jornada”, frente a unas derechas “que se enfrentan por el territorio, pero están unidas siempre por la misma causa: la de estar en contra de los derechos laborales y de los derechos de la mayoría social”.
“Esa es la cohesión que tiene la derecha, independientemente de la bandera que ondeen y en la que se vuelvan, ya sean independentistas catalanes o sean nacionalistas españoles irredentos”.
Antonio Maíllo concluyó indicando que “la sociedad debe abrir un debate y no asumimos que esto acabe aquí”. A su juicio, la ley “debe volver a ponerse de nuevo a debate en el Congreso y deben aprobarse inmediatamente otros proyectos, como la medida de control horario, que no necesitan el recorrido de esta ley”.