El Ministerio del Interior lleva más de un mes con una investigando abierta sin conseguir resultados para averiguar quién o por qué decidió colocar una bandera con la Cruz de Borgoña ‘expuesta erróneamente’ en una comisaría de la Policía Nacional de Las Palmas, un símbolo histórico usado desde hace siglos en el ámbito castrense, que desde hace un tiempo ha vuelto a rescatar y trata de apropiarse la extrema derecha y algunos de sus seguidores para utilizarlo en sus protestas.
El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska informa así en una respuesta parlamentaria escrita que envía a Enrique Santiago, portavoz de Izquierda Unida en el Congreso y portavoz en temas de Interior y Justicia del Grupo Plurinacional Sumar.
El texto que el Ejecutivo remite ahora al diputado, con entrada en el Congreso el pasado día 20 de marzo, es consecuencia de la pregunta que Santiago registró el pasado 14 de febrero. Interior despacha sus explicaciones en dos escuetos párrafos, donde señala textualmente que la bandera ‘con la Cruz de Borgoña, fue intervenida hace años en una operación policial y expuesta erróneamente en una sala del interior de la Comisaría, sin que pueda precisarse la fecha exacta en la que se hizo, ni quién la colocó’.
‘Los responsables de la dependencia policial donde estaba la citada bandera –concluye la respuesta de Interior-, una vez tuvieron conocimiento, dispusieron de forma inmediata su retirada y la apertura de una información reservada, por si pudiera deducirse algún tipo de responsabilidad disciplinaria’.
Por tanto, en este periodo de tiempo no se ha producido novedad alguna en las cuestiones planteadas hace más de un mes por el diputado de IU, según Interior, entre ellas “qué responsabilidades van a depurarse ante el uso de simbología ultraderechista o fascista en una dependencia policial”.
De igual forma, el departamento de Grande-Marlaska elude pronunciarse sobre la cuestión de si «está considerada por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la bandera con la Cruz de Borgoña como símbolo o expresión de odio”.
La forma en cómo se conoció el uso de esta bandera fue absolutamente casual, a partir de unas imágenes emitidas por el centro territorial canario de TVE en las que agentes de la Policía Nacional explicaban desde sus dependencias de trabajo cómo iban a afrontar la seguridad de los carnavales en la isla.
Breve reseña histórica
La Cruz de Borgoña fue incorporada a los estandartes militares españoles por el rey Felipe el Hermoso -de las casas de Austria y Borgoña-, casado con Juana I de Castilla -Juana la loca-, hija de los Reyes Católicos.
Posteriormente, a finales del siglo XVIII, desapareció de la bandera española por decisión de Carlos III, aunque siguió empleándose en los escudos reales personales y también durante la dictadura de Francisco Franco. Juan Carlos I la mantuvo en su escudo durante su reinado pese a la clara vinculación con el franquismo, hasta que su hijo Felipe VI la excluyó de su escudo personal al subir al trono.
Enrique Santiago documentaba el texto de su pregunta con un breve resumen del reciente uso dado en las últimas décadas a este emblema. Así, recordó que la Cruz de Borgoña “fue adoptada por los carlistas en 1935 coincidiendo con la reorganización del requeté, que en aquellos tiempos era un grupo paramilitar clandestino” y más tarde “fue utilizada por regimientos tradicionalistas y carlistas durante la guerra civil española dentro del bando fascista”.
“En cualquier caso -añadió-, esta bandera está relacionada en la actualidad con la simbología ultraderechista, ya que es usada por grupos de extrema derecha en sus ‘perfomances’ o por aficionados ultras en los campos de fútbol”. Además, Enrique Santiago exponía también que hay informes de los propios responsables policiales que advierten del uso de esta bandera como “símbolo de odio”, precisamente “por retroalimentar el mensaje del fascismo o de ideologías nacional socialistas, racistas e intolerantes en su utilización y exhibición”.
De hecho, las distintas informaciones periodísticas que se hicieron eco el pasado febrero sobre el registro de esta sencilla pregunta parlamentaria por parte de Enrique Santiago se tradujeron luego en furibundos ataques desde las redes sociales por parte de dirigentes de Vox y de sus seguidores, al margen de contundentes críticas en diversos medios de derechas.