El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha realizado esta mañana un claro llamamiento “a todas las fuerzas de izquierdas para que trabajemos juntas dentro del proyecto de Sumar”. Garzón considera que “todos nuestros esfuerzos deben encaminarse a ofrecer a la ciudadanía una opción electoral que ilusione y que sea un instrumento para mejorar la vida”.
El máximo responsable de IU hizo esta valoración en su intervención al inicio de la Coordinadora Federal -máximo órgano de dirección y debate de la formación-, a la que informó formalmente de su decisión personal de no presentarse como candidato a los comicios generales del 23 de julio, decisión que ha reconocido tomó “en un momento difícil para España”.
“La magnitud de los retos que tenemos por delante -apostilló-, junto con el mensaje que se expresó en las urnas el pasado domingo, nos obligan a actuar de una forma audaz, creativa, responsable y generosa”.
Como había hecho público ya por escrito hace unos días, el también ministro de Consumo informó a su máximo órgano de dirección que “continuaré como coordinador de Izquierda Unida y agotaré el ciclo como ministro del Gobierno de España”, al mismo tiempo que “seguiré trabajando para hacer a Yolanda Díaz presidenta del país”.
Incidió en que “dejo la primera línea de la política”, pero manifestó que es “consciente de que si hubiera querido repetir en estas elecciones hubiera tenido el máximo apoyo de los compañeros y compañeras de IU, y también de los compañeros y compañeras que están en Sumar, pero estoy convencido de que no hubiera sido la mejor decisión”.
“Hace tiempo que llegué a la conclusión -dijo- de que otros y otras pueden aportar mucho más que yo mismo”, porque “en política es fundamental anteponer siempre el interés del proyecto colectivo al interés meramente individual”.
Para Garzón, “como republicano convencido siempre he creído en la renovación de los representantes públicos. La tradición republicana de la que hemos bebido en nuestra organización está llena de propuestas de democracia radical para promover la renovación, es sano para los proyectos políticos y es sano para la democracia”.
Consideró la política como “absolutamente necesaria para la sociedad. Si no existiera, la forma en la que nos relacionamos los seres humanos sería la ley de la selva”. En línea con ello, analizó que “si la gente trabajadora no se interesara por la política, las clases adineradas tendrían toda la capacidad del mundo para explotar y oprimir al resto de la población a su antojo. Sin política, los municipios, regiones y países serían el cortijo de los poderosos, el lugar donde el fuerte aplasta al débil sin obstáculos”.
Así, la política realizada desde abajo es “la forma que tenemos para protegernos de los abusos de los de arriba, ese trabajo común a la mayoría social es un freno a la barbarie. Hay que hacer política para que no solo los ricos tengan la capacidad de decidir cómo nos organizamos y cómo vivimos”.
Alberto Garzón recordó que “he estado 12 años en primera línea haciendo este tipo de política. Pasé de las plazas del 15M al Congreso y de allí al Gobierno de España. En todo este tiempo he luchado contra la mayoría absoluta del PP y los recortes en los servicios públicos, de la Sanidad, la Educación, la Vivienda, las pensiones, que han asolado a nuestro país con una herida que todavía está sangrando, y ya desde el Gobierno he intentado contribuir a mejorar las condiciones de vida de las familias trabajadoras”.
“He aprendido mucho y desde ahora seguiré trabajando para volcar este conocimiento en el proyecto colectivo, tanto en Izquierda Unida como en Sumar”, incidió.
Dedicó también una parte más teórica para analizar que “la libertad no es solo la capacidad de elegir, sobre todo es la posibilidad de desplegar un proyecto de vida autónomo donde ningún tercero, sea patrón o patriarca, decida por nosotros. Nuestra independencia de estas fuerzas, que son habitualmente los poderes privados y salvajes del mercado, es lo que nos proporciona la libertad”.
Advirtió con rotundidad que “nuestras sociedades modernas están amenazadas con la pérdida de la libertad para la mayoría social y para el conjunto de la clase trabajadora. Esto recobra ahora más fuerza según avanza la ola reaccionaria, no solo en nuestro país, sino a nivel mundial”.
Garzón apuntó también que esa libertad de la mayoría social “también está restringida por las amenazas ecológicas que se ciernen sobre nuestras sociedades”, por lo que “hay que abordar con mayor determinación la crisis climática o, más apropiadamente, la crisis ecosocial”.
“Hoy toda política es ya política climática, y no hay mayor urgencia para la sociedad. Esta crisis no es ajena a la lucha de clases. Los muros y vallas que desde los países ricos frenan la llegada de refugiados que vienen de las sequías, de las guerras por los recursos y de la pobreza es una expresión clara, siniestra y cínica de esta desigualdad frente a la crisis climática”, dijo.
De esta manera, para el máximo responsable de IU, “si no hacemos nada por cambiarlo, por evitarlo, será el mercado capitalista quien se encargue por decidir quién podrá pagar la energía, quién podrá sufragarse cesta de consumo saludable e, incluso, quién podrá vivir dentro del nicho climático, es decir, las regiones del planeta compatibles con la vida para nuestra especie”.
“La libertad -por lo tanto- solo será posible si logramos que toda la sociedad pueda vivir por encima del suelo social y por debajo del techo ecológico, es decir, con las necesidades satisfechas y sin traspasar los límites biofísicos del planeta”.
El también ministro de Consumo indicó que “la ciencia es aliada necesaria de la izquierda y de cualquier proyecto ecosocialista, aspecto este que IU ha remarcado siempre desde su propia fundación”.
Reconoció que “me preocupa que se estén abriendo camino en nuestras sociedades un buen número de proyectos políticos liberales profundamente contrarios a los principios que heredamos de la Ilustración, entre los cuales está la propia idea de democracia”.
Dedicó una nueva advertencia a señalar que “las derechas españolas no son ajenas a esa ola reaccionaria y por eso se impregnan de negacionismo científico, desprecio a los valores democráticos y una afición terrible a la caricaturización y deshumanización del adversario político”.
“Tenemos que vencer -exhortó- a estos peligrosos procesos que emergen en todo el mundo, también aquí en España. Para hacerlo, la izquierda debe reencontrarse también con sus raíces ilustradas. Hay que preservar ideas como la democracia o los derechos humanos, puestos en cuestión por las derechas de todo el mundo, incluida la española”.
Alberto Garzón comentó que “por todas estas razones es evidente que no puedo dejar la política. Las razones que hicieron que me afiliara cuando tenía 17 años siguen hoy muy vigentes o se han agudizado en todo este tiempo. Tengo la esperanza de que la gente recuerde el trabajo realizado como una contribución positiva. Durante todo este tiempo mi familia ha sido testigo de todo este esfuerzo, porque la primera línea de la política es muy exigente”.
Emocionado, explicó que “a partir de ahora quiero cuidar más y mejor a la gente que quiero, a mis hijas, a mi compañera, a mi familia” y lo razonó diciendo que “poner la vida en el centro no es hablar de abstracciones, sino que debemos obrar en consecuencia. Cuando hablamos de cuidados, no solo deben estar en nuestros discursos, sino también en nuestras prácticas”.