El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha tachado hoy de “política antisocial” y “forma de entender la vida política profundamente negligente y restrictiva para las familias trabajadoras” la labor de oposición que lleva a cabo Alberto Núñez Feijóo al frente del Partido Popular. Para Garzón, “la derecha con Feijóo a la cabeza prioriza su único objetivo de desgastar al Gobierno de coalición cueste lo que cueste a las familias trabajadoras”.
El máximo responsable de IU y ministro de Consumo ha hecho este análisis durante la exposición de su informe de coyuntura política al comienzo de la reunión telemática de la Coordinadora Federal -máximo órgano ejecutivo de dirección- que se celebra hoy.
Denunció que “mientras los gobiernos conservadores de Europa asumen tesis que son positivas para mejorar la vida de las familias trabajadoras, para mitigar el impacto de la crisis energética, en España tenemos una oposición dirigida por Feijóo incapaz de rectificar y que lo único que tiene es desgastar al Gobierno de coalición para ver cómo incrementar sus opciones de llegar al gobierno”.
En su pormenorizado análisis de política general, Garzón señaló que al curso político se ha incorporado ya “el ciclo electoral de municipales, autonómicas y generales del año que viene”, en un “contexto muy difícil en el que se acumulan múltiples crisis: económica, social, política, institucional o de modelo de Estado, además de los efectos de la pandemia iniciada hace ya más de dos año y que cambió nuestra forma de entender incluso las relaciones sociales y que nos ha alterado profundamente”.
El ministro de Consumo puso en valor la actuación del Gobierno de coalición, especialmente en acciones como “la intervención del mercado energético anticipándonos a lo que ahora está haciendo la Comisión Europea”.
“Estamos aplicando -dijo- medidas heterodoxas que hace 20 años hubieran sido impensables, pero que ya defendíamos unos pocos. Ahora las toman como bandera entidades y personas incluso conservadoras que entienden que de continuar empecinados con su agenda neoliberal de libre mercado y de ‘ley de la selva’ los problemas sociales y políticos serían muchísimo mayores”.
En este punto, reiteró su crítica al PP de Núñez Feijóo al señalar que lo anteriormente descrito “no está siendo generalizado en todas las derechas europeas”. Es así porque aunque la Comisión Europea “está permitiendo poner en marcha por primera vez en la historia reciente intervenciones para restringir los beneficios empresariales, una intervención fiscal para recaudar sobre los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas y planteándose en algunos países nacionalizaciones de grandes empresas, estos cambios no han llegado a la derecha española”.
Alberto Garzón lamentó que “justo cuando estábamos empezando a recuperar una nueva normalidad, deviene una nueva crisis energética como resultado de la invasión de Rusia a Ucrania”. Analizó que es precisamente esta crisis “latente” la que “nos apunta a un otoño y un invierno muy difíciles no solo en nuestro país, sino en toda Europa. Habrá un incremento de la demanda energética, por ejemplo para la calefacción de los hogares, en la que la oferta de los mercados tal vez no puedan satisfacer la demanda tal y como está establecido ahora”.
El coordinador federal de IU apuntó que esta situación “suma dificultades y frustración a las familias trabajadoras, suma circunstancias desagradables para la mayoría social” que sintetizó en tres dimensiones. Primero una “financiera”, con una subida de tipos de interés desde la Reserva Federal norteamericana y el Banco Central Europeo “que no solo es errónea desde el punto de vista económico, porque nos lleva a una recesión que puede incrementar las tasas de desempleo y que va a frenar la economía de forma muy asimétrica, sino que va a tener un perjuicio sobre las familias que tienen préstamos hipotecarios a tipo variable, que son muchas en nuestro país”.
Señaló también la “situación energética en general”, con problemas ya antes de la guerra en Ucrania “pero que ahora se encuentra en una situación crítica, obligando a intervenir al Gobierno de España desde hace bastante tiempo y ahora también a la Comisión Europea”.
Destacó como tercera dimensión “la que tiene que ver con la alimentación, con los productos básicos de la cesta de la compra”. Lleva a que se encarezca fuertemente la supervivencia de las personas más desfavorecidas “unas veces por las facturas energéticas y su repercusión en los precios, y otras por el incremento de los márgenes de beneficio empresariales. Todo ello dificulta que las familias lleguen a final de mes, porque con salarios que no suben al mismo ritmo nos encontramos con una pérdida de poder adquisitivo”.
Garzón aseguró que en este contexto negativo “nosotros tenemos que concentrarnos en mejorar la vida de esas familias, profundizar en las reformas iniciadas ya de intervención en los mercados para mitigar el impacto de la inflación y de la pérdida de poder adquisitivo”, tanto en el ámbito energético como el de la alimentación.
Recordó cómo desde su ámbito de ministro de Consumo “hemos propuesto que el esfuerzo tienen que hacerlo las grandes distribuidoras, que tienen márgenes de beneficios suficientes, y a las que se les pide que moderen sus beneficios y garantizar que haya una serie de productos básicos para la vida con precios moderados o congelados al menos hasta después de Navidad”.
Comentó con insatisfacción que “algunas distribuidoras lo han hecho, otras se niegan con argumentos inverosímiles. Nosotros entendemos que esas entidades, que incluso han repartido dividendos millonarios entre muy pocas personas, tienen margen suficiente para limitar el impacto de la inflación en las familias trabajadoras”.