El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha lanzado esta mañana una apuesta nítida para que esta formación trabaje “con inteligencia y con audacia” desde su espacio político por un Frente Amplio que “es fundamental para preservar la democracia y los derechos sociales, para promover la paz a nivel internacional en los conflictos que puedan suceder y, también, para afrontar los retos medioambientales, sociales o laborales en nuestro país y en la Unión Europea”.
Garzón explicó de forma detallada este reto durante la intervención con la que ha abierto la reunión de la Coordinadora Federal -máximo órgano ejecutivo de dirección de IU- que se celebra hoy de manera presencial pero también mayoritariamente telemática, en la que expuso su informe político titulado precisamente ‘Un Frente Amplio para recuperar la iniciativa política, social y cultural’.
“No podemos ser conservadores en este momento -apuntó-, debemos ser capaces de entender que hay una oportunidad política ahí que puede brindar a las familias trabajadoras un instrumento para mejorar sus vidas”. El máximo responsable de IU añadió que “tenemos esa responsabilidad como fuerza política con bastante bagaje, bastante conocimiento, trayectoria y, también, con una presencia sumamente importante para ese espacio político”.
Detalló que la formación que lidera a nivel federal “cuenta con mucha presencia en todo el país”, además de con “un capital humano con un conocimiento y una experiencia acumulada por parte de su militancia y de sus cuadros, que tienen que estar al servicio de ese proceso de transformación social”.
Alberto Garzón indicó a los/as integrantes del máximo órgano ejecutivo de IU que esta apuesta tiene que ser “inequívoca” para que ese proceso “llamado hasta ahora Frente Amplio pueda ser encabezado por quien ahora representa muchas de estas posibilidades mejor que nadie, Yolanda Díaz”.
El también ministro de Consumo detalló que es “una compañera que ha sido capaz de trabajar de una manera extraordinaria desde el Ministerio de Trabajo, poniendo en marcha políticas que están beneficiando el día a día y la cotidianidad de la vida de las familias trabajadoras”.
“Es capaz -incidió en relación a Yolanda Díaz- de llegar a muchos sitios donde no todos podemos llegar. Esa es una oportunidad que debemos recoger con audacia y con inteligencia, y es una de las tareas fundamentales para los próximos meses”.
Garzón consideró que es a través de ese nuevo espacio político como se puede “corregir los déficits que se han ido acumulando los últimos años”. Dijo también conocer de sobra que ese espacio “necesita crecer con los ciudadanos y ciudadanas, además de con otras fuerzas políticas”, porque “Izquierda Unida siempre ha tenido claro desde su nacimiento que este era el camino, el camino de la unidad, de la convergencia y de la confluencia, y por eso hace una apuesta por este proceso político, ciudadano, que cuente con los partidos políticos”.
Sobre el nombre del mismo, repitió que “de momento se ha convenido en llamar Frente Amplio. Ya tendremos oportunidad llegado el momento de debatir cuestiones semánticas”.
Expuso también que debe ser un espacio político “que sume a más gente para tener así más fuerza social en la calle y más fuerza política en las instituciones para llevar a cabo nuestras propuestas para construir esa alternativa de país”.
Alberto Garzón recordó en la exposición de su informe que “además de Andalucía, el año que viene en tan solo unos cuantos meses tendremos elecciones municipales y autonómicas y, después, previsiblemente las generales. Son citas electorales importantes en este escenario de cambio político intenso en nuestro país”.
Este panorama político “nos obliga a entender la política como siempre hemos hecho en Izquierda Unida, no como una cuestión meramente institucional, sino como algo eminentemente social. Necesitamos sumar no solo para las candidaturas, sino para determinadas concepciones del mundo, con nuestra presencia en las movilizaciones y en todos los foros y espacios” porque se trata de “dar así también la batalla cultural”.
El coordinador federal de IU entiende que los retos “son enormes y brutales”, porque no solo “estamos ante una guerra en la que participa una potencia mundial”, sino “ante una recomposición geopolítica. Estamos ante el ascenso de las extremas derechas en toda Europa y en España. Estamos ante la posibilidad de que otra potencia nuclear como Francia pueda ser gobernada por la extrema derecha racista y homófoba”.
Advirtió que todo ello se suma “a retos estructurales como pueden ser los económicos, sociales y ecológicos”, por lo que “necesitamos una izquierda que esté a la altura de las circunstancias”.