Izquierda Unida traslada en el Día Mundial de la Libertad de Prensa todo el “apoyo, reconocimiento y solidaridad” hacia aquellos/as profesionales de la información que “ahora con mucho más esfuerzo, en un tiempo especialmente difícil en el que deben sortear problemas y amenazas desde múltiples direcciones, ya sean laborales, sociales, ideológicas o incluso de salud, siguen desarrollando su oficio con honestidad y dedicación para garantizar el derecho fundamental a la información que consagra la Constitución”.
IU comparte con estos/as profesionales y sus representantes libremente elegidos que es necesario que aquellas instancias públicas con capacidad para ello “amplíen las medidas dirigidas, por un lado, a frenar el progresivo y preocupante deterioro laboral en el sector, agravado en la última etapa por la pandemia del Covid-19 y no siempre por motivos empresarialmente justificados”.
“Por otro lado, y no menos importante -completa la explicación-, igual que las instituciones democráticas deben velar, aunque no sin dificultades, por salvaguardar y consolidar en la práctica derechos fundamentales como la educación, la sanidad, la atención social, el acceso a una justicia imparcial o a una vivienda digna, hace falta un compromiso claro con el derecho a la información objetiva y veraz, que sin duda demuestra la salud democrática de una sociedad”.
Izquierda Unida considera que “el periodismo en libertad y defensor de los valores democráticos necesita también de una ‘vacuna’ que contribuya a facilitar que sus profesionales puedan ejercerlo en las mejores condiciones y con todos los derechos, y la ciudadanía haga uso de él con garantías y sin intromisiones interesadas de ningún tipo”.
Respalda las denuncias y la “más que justificada preocupación” por el aumento de “la contratación precaria, la reducción de salarios, los despidos injustificados, la imposición de trabajar como falsos autónomos, los encargos ‘a la pieza’ con retribuciones indecentes o, en los últimos meses, el teletrabajo sin limitaciones horarias y con restricción de derechos, o los ERTE fraudulentos”.
Para IU, “el empeoramiento de las condiciones laborales en el ámbito periodístico lo soportan directamente sus profesionales, pero se hace extensivo y afecta a toda la ciudadanía cuando se utiliza de forma torticera para reducir su capacidad para defenderse de la manipulación y de las mentiras planificadas, cuyo peligro crece a diario”.