Alberto Garzón destaca la importancia de la propuesta política que En Comú Podem y todo el espacio político donde se integra han defendido antes y después de saberse el resultado de las elecciones catalanas del pasado domingo, una propuesta que “habla de gobiernos de izquierdas, de acuerdo entre las izquierdas independientemente de qué bandera, lenguaje o idioma les motive o les una más”.
El máximo responsable de Izquierda Unida hizo esta valoración esta mañana durante la intervención con la que abrió la reunión por vía telemática de la Coordinadora Federal de esta formación -máximo órgano ejecutivo de dirección-, uno de cuyos puntos destacados era el análisis pormenorizado de los comicios catalanes y las estrategias de cara a las negociaciones para formar gobierno que les siguen.
Garzón dedicó sus primeras palabras sobre esta cuestión, como no podía ser de otra forma, a “dar las gracias a los compañeros de En Comú Podem, de Unidas Podemos, de Izquierda Unida, de Esquerra Unida de Catalunya por el esfuerzo ingente que han hecho en este contexto de dificultad”, no solo para “preservar el número de escaños”, sino “incluso para aumentar la influencia política” tras los comicios.
Mostró su deseo de que la propuesta política que defiende este espacio político “se pueda abrir paso, porque Cataluña lo que necesita es pensar en lo social y en lo económico, no tanto en los síntomas sino en la enfermedad de fondo”. A su juicio, es la más indicada para “resolver gran parte de los problemas de la clase trabajadora, en este caso en Cataluña, y servir también de solución para muchos de los otros problemas que se están gestando en nuestro país”.
Señaló que las elecciones catalanas “han mostrado que hay cambios en los partidos y su peso en el parlamento, pero los problemas de fondo siguen estando sin resolver”.
Analizó también la “debacle de Ciudadanos y el PP, partidos que crecieron alimentando la política del odio contra Cataluña, contra lo distinto, contra lo que no compartía esa visión reaccionaria y unitaria de España”.
“Se han encontrado -lamentó- con que han alimentado a la bestia y la bestia ha terminado por comérselos en Cataluña, y quién sabe si el siguiente paso será en el resto del Estado”. No obstante, señaló que “eso no es un motivo de felicitación, porque lo que hay es una derecha normalizando discursos que, situados dentro de los espacios democráticos, amenazan la propia democracia”.
Garzón puso en valor la necesidad de que aumente el peso de “un espacio como el de Izquierda Unida y Unidas Podemos, comprometidos firmemente con la democracia, como hemos demostrado a lo lago de la historia”.
Apuntó en esta misma línea que “no hay que olvidar de dónde venimos, con una democracia construida gracias a movimientos colectivos, entre ellos el movimiento obrero y, particularmente el Partido Comunista de España, la gente que militaba y milita en Izquierda Unida, junto a muchos más. Debemos estar hondamente preocupados por la deriva de la situación política en nuestro país”.
Pese a lo grave de esta situación, Alberto Garzón quiso “trasladar también un mensaje de ánimo y esperanza”, con una preocupación que “nos motive a actuar y a seguir defendiendo la coalición de Unidas Podemos, el espacio político que estamos construyendo y, sobre todo, los valores y principios democráticos. Somos una molestia para una estrategia derechista y neoliberal, de ahí esta ofensiva”.
El coordinador federal de Izquierda Unida consideró que “no podemos perder la óptica y quedarnos en los detalles sin ver el panorama completo”. Hay que “ser capaces de ser fieles a nuestra historia, a nuestro espíritu y a nuestros valores”.
“Estamos en condiciones -concluyó esta parte de su discurso- de hacerlo preparando y fortaleciendo Izquierda Unida, una organización con historia y con enorme presente, para fortalecer nuestra presencia territorial, nuestra fuerza institucional y ponerla al servicio del proyecto político que representamos, que es el que necesitan las clases trabajadoras, para el que necesitamos llegar a mayorías”.