En la madrugada del 13 de junio, la fuerza aérea israelí, compuesta por 200 aviones de combate y drones suicidas y con el respaldo logístico de los Estados Unidos y sus aliados atacó de manera sorpresiva diferentes puntos de Irán, incluyendo Teherán, instalaciones nucleares y cuarteles militares. Durante este ataque fue asesinado Mohammad Bagheri, Jefe del Estado Mayor de la Republica Islámica de Irán junto a varios comandantes militares, científicos nucleares y también a 78 civiles e hiriendo a más de 300. Desde entonces, llevamos 7 días de bombardeos cruzados entre Israel e Irán, dejando cientos de muertos, miles de heridos y la posibilidad de disparar un conflicto bélico de enorme magnitud.
El gobierno de Israel calificó estos ataques como preventivos ante la posibilidad de que la República Islámica desarrolle armas nucleares.
Este casus belli esgrimido por el régimen israelí resulta endeble, en primer lugar por ser Irán el único país del mundo que tiene un programa de energía nuclear supervisado y auditado por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), con visitas de inspectores internacionales en centrales iraníes de manera periódica, y en segundo lugar, porque la propia República Islámica de Irán ha reconocido en numerosas ocasiones que no tienen intención de desarrollar dicho armamento.
Denunciamos la hipocresía del Estado de Israel, pues este país nunca firmó el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y, con toda seguridad posee armas nucleares. Además, es uno de los países miembros de la ONU que nunca ha respetado las resoluciones de su Asamblea General.
Los ataques de Israel contra territorio iraní, y especialmente contra las centrales nucleares iraníes constituyen una flagrante violación del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. Israel ha dinamitado la posibilidad de que se EEUU e Irán llegasen a un acuerdo sobre su programa de energía nuclear, por eso los ataques masivos de Israel contra Irán comenzaron justo antes de que el 15 de junio debiera celebrarse en Omán la sexta ronda de negociaciones.
Por ello, condenamos la agresión israelí contra el territorio iraní y exigimos un alto el fuego inmediato que evite el desencadenamiento de una guerra mayor. Israel no solo impone un régimen de apartheid y colonialismo sobre el pueblo palestino, sino que tiene un largo historial de emplear la guerra como método de distracción de sus propios crímenes contra la población palestina, y para resolver conflictos en la región, y emplea una política de expansión que ha provocado invasiones y anexión de territorio de todos sus vecinos: Egipto, Líbano, Siria y Jordania. La agresión sobre Irán no se puede entender sin el rol de la República Islámica como potencia antagónica a los intereses del bloque imperialista en la región, que apoya al eje de la Resistencia que confronta el sionismo en toda la región de Oriente Próximo.
Recordamos que EEUU ya utilizó la acusación de “armas de destruccion masiva” para lanzar una invasión ilegal contra Iraq y derrocar a su gobierno. En estos momentos estamos viendo como, nuevamente, una acusación infundada se utiliza para una agresión a gran escala contra un país soberano. La posibilidad de que este conflicto ya iniciado escale a unas cotas no antes vistas es demasiado alto: existe acuerdos de defensa mutuos entre Irán y Rusia que podrían involucrar a este último país en el conflicto en caso de una escalada descontrolada, que podría desembocar en una guerra a mucha mayor escala.
En estos momentos es crucial recordar que la seguridad sólo se puede construir sobre el respeto al Derecho Internacional, a la soberanía de los países y a la cooperación, y no a la agresión militar ni a la intimidación.
Por ello, criticamos la complicidad de la Unión Europea, que pese a las evidentes violaciones del Derecho Internacional que comete Israel una y otra vez, sigue invocando su “derecho a la autodefensa”, incluso cuando Israel es el actor beligerante bombardeando fuera de sus fronteras, dejando una vez más por los suelos la legitimidad de la Unión Europea como actor que aboga por los Derechos Humanos y la paz.
Pedimos al Gobierno español que detenga esta complicidad en el marco de la Unión Europea, y que tome medidas concretas y materiales para detener al régimen israelí, que nuevamente se presenta como una amenaza no solo para el pueblo palestino, sino para toda la región. La ruptura de relaciones, la imposición de sanciones, y la suspensión del Acuerdo de Asociación Preferente UE-Israel que se debatirá este lunes en el seno de la Unión Europea.
El Gobierno español debe actuar para que se retomen las negociaciones entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán para alcanzar una solución pacífica e involucrar también, las instituciones internacionales competentes, en particular a las Naciones Unidas.
