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Maíllo llama a “no rendirse ni resignarse” ante los planes de PP y Vox, pero “ahora, no luego” y eso se logra “organizando espacios unitarios para enfrentar al fascismo y decirle que ¡No llegarán!”

El coordinador federal de Izquierda Unida asegura en un acto público en Sevilla para respaldar la ley de reducción de la jornada laboral que IU está empeñada en “mantener la conciencia y la esperanza de millones de personas” y se compromete a que “vamos a estar a la altura de las condiciones históricas del momento, por los que estuvieron y las que estuvieron, por los que estamos y las que estamos, y por los que vendrán y las que vendrán”

El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha hecho esta mañana un claro llamamiento desde Sevilla a “no rendirse ni resignarse”, pero “ahora, no luego” y ha garantizado que, frente a los retos políticos, sociales y económicos de los próximos meses, desde la izquierda que representa “salimos con una convicción: no nos vamos a rendir, ni vamos a asumir que el PP y Vox tienen que llegar”. Destacó para ello que esa “resistencia” se hace “organizando espacios unitarios para constatar y confrontar con ese fascismo, al que vamos a decirle que ¡No llegarán, no llegarán!”

Maíllo se expresó así durante su intervención en el parque sevillano de los Perdigones en un más que caluroso acto -porque “en Andalucía la única política de justicia real es la el sol de justicia que está cayendo aquí”, dijo- bajo el lema ‘Trabajar menos, vivir mejor’. Lo hizo en un encuentro dirigido a explicar el proyecto de reducción de la jornada laboral que ha impulsado el espacio Plurinacional de Sumar en el Gobierno junto a la encargada de llevarlo a cabo, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, además de Toni Valero, coordinador general de IU Andalucía y diputado en el grupo Plurinacional; la parlamentaria autonómica de Por Andalucía Esperanza Gómez, la coportavoz de Iniciativa del Pueblo Andaluz María José Torres y representantes locales de los sindicatos CCOO y UGT.

El máximo responsable de IU explicó que toda la formación que coordina está empeñada en “mantener en nuestro país la conciencia y la esperanza de millones de personas” frente al que quieren presentar como imparable avance de la derecha extrema y el neofascismo, en Europa, y en España con PP y Vox “porque llegan a todos lados”.

Insistió es que es ahora cuando hay que frenarlos, “no hay que organizar la resistencia después, ¿resistencia de qué? ¿Qué resistencia?” Y puso un cercano ejemplo para explicarlo: “en Italia, Meloni no es que haya reducido las ayudas a quien no tiene nada, es que las ha quitado, las ha ‘reducido’ a cero a cientos de miles de familias que se han quedado con cero euros de ingresos. ¿Dónde está la resistencia? ¿Dónde está la movilización frente al Gobierno fascista de Meloni?”

“La resistencia -detalló en relación a España- la estamos haciendo ahora frente a un fascismo desde un Gobierno de ‘esperanza democrática’. La resistencia la estamos haciendo organizando espacios unitarios para constatar y confrontar con ese fascismo al que le vamos a decir que ¡No llegarán!, porque vamos a estar a la altura de las condiciones históricas del momento… por los que estuvieron y las que estuvieron, por los que estamos y las que estamos, y por los que vendrán y las que vendrán”.

Antonio Maíllo no solo fue desgajando algunas de las cuestiones de actualidad clave, sino sus consecuencias. Así, apuntó que “mientras estamos aquí reflexionando y reivindicando, además de dar un mensaje muy claro de que no nos rendimos, ni dejamos que haya fatalidades históricas para que la reacción conquiste más territorio en nuestro país, 17.000 menores han sido asesinados en Gaza, 14.000 menores pueden ser exterminados en los próximos días, 500.000 personas pueden perecer si no se da ayuda humanitaria”.

De ahí su apuesta para que la “esperanza y la conciencia” que reclama alcance también a otros “millones de personas que en estos momentos en Europa ven cómo sus gobiernos reaccionarios de la derecha y la extrema derecha se alinean con Israel” y “tienen una posición ambigua y de vergüenza moral ante el exterminio y el genocidio que está cometiendo con la población palestina”.

“Por eso hablamos de un Gobierno de ‘esperanza democrática’ en España -advirtió frente a quienes lo atacan por simple cálculo partidista-, porque no hay que perder la perspectiva, un Gobierno con mucha conciencia y, desde luego, nosotros la tenemos clara y que hay un derecho, un ‘derecho síntesis’, previo al resto de derechos: el derecho a vivir en paz, al que no solo no vamos a renunciar, sino que vamos a vencer en ese debate político que se acaba de abrir en nuestro país”.

A su juicio, en “una sociedad como la española y la andaluza profundamente pacifista, va a ganar sin lugar a dudas”, porque “no solo hablaremos para nuestra sociedad, también lo haremos para el resto de la Unión Europea, que ve con ojos de esperanza lo que nosotros hagamos en nuestro país”.

Sobre la ley de reducción de la jornada laboral que encabezaba el lema del acto, Maíllo expuso que “supone un cambio en las condiciones de vida” de la clase trabajadora, como lo supuso “la ley de las 40 horas semanales que se aprobó por primera vez en 1931, con la llegada de la II República, que el franquismo derogó y que se recuperó en 1983”, por lo que volvemos a estar en un “momento que ya sabemos que es histórico”, más para una “organización como la nuestra, que hace 27 años ya hizo una campaña por las 35 horas”.

El coordinador federal de IU advirtió de que para conseguir esta “conquista histórica” hay “dos caminos que no tienen que ser incompatibles”, el primero “el que ahora se ha hecho con un esfuerzo de síntesis y de voz de los agentes sociales con el Ministerio de Trabajo, y que se vuelca con ese consenso al trámite parlamentario”.
Para el otro, no menos importante, hizo un claro llamamiento a una “movilización popular” que “ponga sobre el espejo a esas organizaciones y a grupos parlamentarios de qué consecuencias va a tener su voto si se niegan o boicotean el acuerdo social de la reducción de las 35 horas”.

“Nos tenemos que poner en posición de movilización -dijo- para decirle a los grupos parlamentarios que este acuerdo no es solo de una posición social o de una convicción programática”, sino que cuenta “con un impulso popular de verdad”.

Antonio Maíllo aseguró que “tenemos que asumir una visión integral en ese ensanchamiento de derechos” y apuntó que las recientes elecciones legislativas en Portugal “nos han dado una elección”. Es así porque la ofensiva reaccionaria y autoritaria “no es fruto del azar, ni de una moda, tiene que ver con los recortes e incapacidad de haber satisfecho derechos básicos para convertir la consecución de derechos en esperanza democrática. Y donde no se ha hecho, precisamente por políticas neoliberales que han desactivado esa posibilidad de conseguirla, es lo que ha generado el odio, el veneno, la toxicidad y la búsqueda de una víctima propicia”, como ocurre con la criminalización de las personas migrantes, por ejemplo.

«Hace falta un proyecto alternativo, definido y audaz»

Destacó también que los pésimos resultados de la izquierda en su conjunto en Portugal dan “otra lección” sobre la necesidad de que “hace falta un proyecto alternativo, definido y audaz de más democracia, de más derechos y de más justicia social, no se trata de mantener el statu quo”, porque eso “sería un error que nos convertiría en defensores de un modelo que intenta justificar lo existente”.

Maíllo aseguró que “somos defensores de un modelo que debe contraponer a la desaparición de la democracia, que es su plan estratégico, más democracia, más derechos sociales y más justicia social”. Es un “principio ineludible”, mucho más en este “momento histórico”, para “todas las organizaciones y todas aquellas personas que de manera individual quieran remangarse contra el fascismo a la búsqueda del bien común y reivindicarlo orgullosamente, y anteponer ese bien común a cualquiera ambición o aspiración individual, por muy legítima que sea”.

Llegado aquí, fue muy claro también sobre lo que ocurre con el Ejecutivo del PP de Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía, “donde nos quieren hacer ver todas sus terminales mediáticas que es ineludible su renovación en el gobierno”.

Denunció que “es lo que llamamos el ‘efecto adormecimiento’” y explicó muy gráficamente cómo funciona esto: “bueno, nos dicen que ‘es Juanma que habla muy bien. Qué moderado, verdad’. Pero el ‘moderado’ nos está destrozando el servicio de salud, el ‘moderado’ está haciendo que la gente, desesperada porque no llega a su cita, se vaya. El ‘moderado’ ha hecho que el riesgo de pobreza en la población andaluza suba 11 puntos por encima de la media, el 26 % en España y el 37,5 % en Andalucía”.

“El ‘moderado’ -continuó- hace que la formación profesional sea un plan de privatización en el que se llenan los bolsillos los fondos de inversión de los centros privados educativos. El ‘moderado’ está llenando a los ricos de más dinero como si fuera una maldición”.

Mensaje de Toni Valero a los grandes empresarios

Por todo ello, “creo que es el momento de transmitir el mensaje de que ni nos resignamos, ni nos rendimos. Y no solo eso, sino que vamos a construir un proceso de victoria, y le vamos a dar un mensaje al resto de España y al resto de Europa, no olvidéis que en Europa nos miran con esperanza democrática, no para que nos recluyamos, no para que nos mimeticemos en que la extrema derecha y la derecha se instale en España, sino para que un Gobierno como el de España empiece a instalarse en otros países. No olviden esa perspectiva europea”.

Por su parte, el diputado y coordinador general de IU Andalucía, Toni Valero, aseguró que la reducción de la jornada laboral va a servir necesariamente para conseguir el objetivo de “ganar calidad de vida”.

“Es una medida redistributiva”, dijo, que “nos ayuda a dar tiempo para cuidar a los nuestros”, además de ser “de justicia social y feminista”, al tiempo que lanza a los grandes empresarios el mensaje de que “no vamos a ceder”.

Para Valero, “la reducción de jornada significa también disputar al capitalismo lo más preciado, el tiempo” porque, como decía el recientemente fallecido ex presidente uruguayo José Mujica, “significa disputar el tiempo de vida, y en este país no nos vamos a rendir”.

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