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Maíllo advierte de que las derechas política y económica torpedean la reducción de jornada porque “aunque se envuelvan en varias patrias solo defienden los derechos de los privilegiados”

El coordinador federal de Izquierda Unida reclama “pasar de la musa a la prosa” durante su intervención en el acto ‘Trabajar menos, vivir mejor’ junto a portavoces de otras fuerzas del espacio político de la coalición plurinacional Sumar y afirma que “estamos aquí porque defendemos orgullosamente los derechos conquistados y, más orgullosamente, los derechos por conquistar”

El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha denunciado esta mañana la actuación de formaciones de la derecha, como el Partido Popular o Junts, que unidas a organizaciones empresariales (CEOE) torpedean la aprobación de avances sociales y laborales, en especial la reducción de la jornada laboral a 37,7 horas semanales. Maíllo ha advertido que operan así porque “bajo el envolvimiento de diferentes patrias tienen una sola: la defensa de los derechos de los privilegiados y de la expresión de clase”.

El máximo responsable de IU lo valoró al intervenir en Madrid en el acto público desarrollado bajo el lema ‘Trabajar menos, vivir mejor’ junto a portavoces de otras fuerzas del espacio político de la coalición plurinacional Sumar. Tanto en este encuentro como en una reunión de trabajo previa estuvieron también por parte de Izquierda Unida, entre otros/as, la dirigente y ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, y el portavoz parlamentario, Enrique Santiago.

Antonio Maíllo reforzó su análisis y sus críticas con datos concretos, como los 9,8 millones de personas afiliadas a la Seguridad Social que ya tienen una jornada inferior a 40 horas semanales “por convenio”, dentro del total de 21,8 millones de afiliados. “Señores en general de las organizaciones empresariales, ¿cuál es el motivo por el que ya lo han reconocido en convenios a 9,8 millones de trabajadores y trabajadoras, pero no se puede recoger en los de los 12 millones restantes?”, interpeló.

Reclamó que es el momento de “pasar de la musa a la prosa” y, como ya hizo el día anterior tras un productivo encuentro con el secretario general de CCOO, Unai Sordo, indicó que la manera más directa de conseguirlo es “con un trámite de urgencia, el único que garantiza que antes de la finalización de la legislatura se aborde, se concrete y se repercuta en las trabajadoras y trabajadores de nuestro país este derecho” que debe estar listo para el 1 de enero de 2026.

El líder de IU apuntó que “estamos aquí porque defendemos orgullosamente los derechos conquistados y, más orgullosamente, los derechos por conquistar”. De ahí que animara a avanzar más, también con urgencia, para “desatascar” la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) “otro derecho laboral fundamental”.

Para Maíllo, “nada del Gobierno nos es ajeno”, por eso puso en valor que las formaciones del espacio al que pertenece IU “cumplimos” con “los avances en términos laborales”, pero si la otra parte no cumple, por ejemplo, en “los avances equivalentes en derechos de vivienda”, lo que ocurre es que hay una “succión de la renta del trabajo que neutraliza lo que se está haciendo” al tener que pagar alquileres o hipotecas desproporcionadas.

Lamentó que el “bipartidismo” anterior de PSOE y PP “no ha cambiado nada en la reducción de la jornada laboral, hayan estado unos u otros” gobernando durante décadas hasta hace poco.

Recordó también que ese mismo bipartidismo “históricamente no ha resuelto la conquista laboral en clave de reducción de jornada”, mientras que formaciones como Izquierda Unida “ya desarrollamos en 1998 una estrategia y una campaña de reducción a las 35 horas semanales•, es decir, “hablamos de un derecho que viene asentado en una tradición del movimiento obrero y sindical de reivindicación”.

Destacó que la reducción de jornada es una iniciativa “que cambia el estado de ánimo necesario en nuestro país”, mucho más en “un contexto de avance reaccionario puramente autoritario, de una ola autoritaria en el mundo occidental en la que la pieza por batir que queda es la del Gobierno de España”.

Maíllo contrapuso la “construcción responsable de un país que pertenece a la Unión Europea, de un país que tiene referencias fraternales con América Latina” como “ofensiva orgullosamente democrática” para combatir a “esos virus que introduce el autoritarismo, la reacción y la desinformación sobre lo concreto”.

«No bajamos los brazos contra la extrema derecha»

Apostó por “lanzar mensajes de esperanza”, porque “no es irreversible la llegada de la extrema derecha ni de la reacción que destroce todos los derechos que hemos conquistado. Nosotros decimos aquí solemnemente que no bajamos los brazos para que sea irreversible”.

“Desde esa voluntad política de estar a la altura donde hay que estar es desde la que construimos este proyecto de país en el que la ofensiva democrática no es más que una ofensiva de empoderamiento del pueblo, de poder del pueblo a través de la conquista de derechos”, concluyó

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