El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha planteado esta mañana al partir conjunto de la izquierda que a estas alturas ya no vale solo con “advertir de que hay que frenar a la derecha y a la extrema derecha”, ya “no basta con elevar el espantajo de ‘¡Que vienen!’ en abstracto”, porque “eso no construye alternativa ni contrahegemonía” y para eso está la Convocatoria por la Democracia que hoy ha puesto en marcha IU, un proceso dirigido, entre sus objetivos fundamentales, a crear una “conciencia colectiva de que se los frena construyendo un proyecto de país alternativo a cuyo espejo no se puedan mirar”.
Maíllo hizo esta reflexión durante la presentación de lo que él mismo calificó ya como “punto central”, el texto que lleva por nombre ‘Manifiesto por una Democracia Económica, Social y Ecológica’ y como ‘apellido’ ‘Poder del Pueblo para Vivir Mejor’. El texto da el pistoletazo de salida a la misma Convocatoria por la Democracia, un proceso que recorrerá todos los rincones del Estado hasta cerca del verano de 2025. Y el líder de IU lo ha hecho en un acto con el aforo completo desde hace días en el Círculo de Bellas de Madrid.
El dirigente andaluz dejó claro que la forma de conseguir los objetivos marcados es “con más democracia” y, para eso plantea este “cambio”, la “inflexión” que supone un proceso que ha arrancado con un “acto formidable” y que “representa una alegría que reivindicamos, porque nosotros militamos desde la alegría”.
A pesar de los “escenarios complicados” en los que se debate la izquierda, que no ocultó en ningún momento, apeló con fuerza a que “no nos pueden arrebatar la alegría, porque entonces nos derrotan” y, por eso, “reivindicamos también esta movilización y llamamos a la gente a que se incorpore a este proyecto amplio, ambicioso, abierto y participativo”.
Antonio Maíllo quiso iniciar su intervención con la “emoción” por todo lo que le han transmitido estos días “los compañeros y compañeras de las asambleas de los pueblos de la provincia de Valencia devastados por la Dana”, también los afectados en Castilla-La Mancha o en Andalucía, unas gentes que han pasado “del shock de los primeros días y del sentimiento de abandono a pedirnos que no los olvidemos, que no las olvidamos, y no lo haremos”.
De nuevo metido en harina, demandó a la izquierda transformadora una “inflexión en su estado de ánimo”, porque tiene claro que esta izquierda “puede estar un poco en shock, acobardada”, pero a la que dijo rotundo que “no basta ya con estar comentando las barbaridades que digan estrategias comunicativas intoxicadoras o venenosas. La izquierda no se tiene que dedicar a interpretar a los demás”, sino que “hay que construir para interpelar a las demás personas a que se incorporen a nuestro proyecto” y para eso está actuar “en política como un arte noble”.
Maíllo reivindicó con orgullo la acción pasada, presente y la “conciencia de despliegue” de Izquierda Unida, también su “apego al territorio y las más de 900 asambleas que tiene nuestra organización”, a las que exigió que se “auto organicen” junto al desarrollo de la Convocatorias “para construir un proyecto de país que sea el mejor espejo” en cuya imagen queden fuera los reaccionarios ultras y de derechas.
La política en estado puro “como un instrumento de organización del pueblo que no tiene más patrimonio que organizarse y, la democracia, como el mejor instrumento para las conquistas sociales”, dijo.
Llegados a este punto, el coordinador federal de Izquierda Unida desde hace apenas seis meses desgranó las claves de bóveda sobre las que se asienta la Convocatoria por la Democracia. “Hablamos de la crisis ecosocial que la Dana ha expuesto con toda su crudeza”, en medio de la cual se ha demostrado que “hay políticas que salvan vidas, igual que hay políticas que matan”.
También se ha hablado de feminismo, “un feminismo fundamental para la transformación social, ese derecho a ser cuidado y el deber de cuidar como señal de civilización, de civilidad”.
Sin achicarse, Maíllo se reconoció orgulloso de “la rebelión científica”, el “interés por anunciar lo que se prevé”, es decir, el futuro, pero no renegó ni mucho menos “de las conquistas sociales conseguida gracias a la lucha, a la movilización en el movimiento obrero después de la Segunda Guerra Mundial” y esta Convocatoria por la Democracia “también está para defenderlas”.
Como no podía ser de otra manera, también estuvo encima de la mesa el grave problema de la vivienda que, junto a la defensa de los servicios públicos y el trabajo, ocupan el primer lugar en las prioridades de IU. Aseguró, que además de ser “conquistas que hay que preservar”, junto a todo ello están la Sanidad y la Enseñanza Públicas, “porque no podemos permitir que sean un paréntesis en la historia de la humanidad y debemos defenderlas casi como un marco civilizatorio”.
Antonio Maíllo animó a todas las personas que se sientan interpeladas por esta Convocatoria, da igual que militen e IU o no, a “construir con un lenguaje popular si queremos ser pueblo”, porque esta es la mejor manera de “tener instrumentos y herramientas para combatir los bulos de la extrema derecha y su discurso de odio, hacer que lo entiendan todos y todos”.
No renegó tampoco de su vena de profesor al alegar que “esta Convocatoria también va de democratizar el lenguaje, porque si no nos convertimos en casta de códigos que solamente entendemos nosotros mismos y solo conseguimos expulsar a la gente que no se siente identificada”.
Para Maíllo, “aunque haya días grises o haya días difíciles, siempre llega la primavera. No lo perdamos de vista”, concluyó.