Izquierda Unida, a través de su Comisión Internacional, ha elaborado un comunicado en torno al conflicto generado por la representación de España en la próxima toma de posesión de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum. Entre otras cuestiones, IU considera que la Casa Real “no puede ser un obstáculo para mejorar las relaciones con México”, al tiempo que apuesta por “retomar el diálogo y el entendimiento”.
Esta formación valora como “coherente y legítima” en el marco de las relaciones diplomáticas la decisión de las autoridades mexicanas de “cursar invitación al Gobierno español y no al jefe del Estado” a la toma de posesión, todo ello en “el ejercicio de su propia soberanía”.
Tomar como una “ofensa” y una “exclusión” que se invite al Ejecutivo español y no a Felipe de Borbón, hasta el punto de decidir no participar en la ceremonia, es un “error de bulto” de la diplomacia española. Aleja a nuestro país de otro tan importante tanto “por su peso político y económico” como por los lazos sentimentales que unen a ambos, “mucho más después de que acabada la Guerra Civil española se convirtiera en el país más solidario con los miles de exiliados republicanos a los que acogió con una generosidad inmensa”.
Para Izquierda Unida, Felipe VI se “inhabilitó como interlocutor ante México” cuando se negó a contestar una carta en 2019 en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador, con “buena voluntad de superar una controversia histórica”, invitaba con dos años de antelación al jefe del Estado español a celebrar conjuntamente el bicentenario de la fundación de la República de México de 1821. Requería, en términos históricos, una petición de disculpas por los errores y horrores de la conquista, “o dicho en términos modernos, por las masacres y las violaciones de derechos humanos de los pueblos indígenas u originarios”.
IU entiende que la Casa Real debería haber comprendido ya entonces “que no contestar esa carta crearía un problema diplomático, falta de diálogo y alejamiento” de México, que podría entenderlo como una “evidente falta de respeto y un desprecio inaceptable para la dignidad del pueblo y el Estado mexicano”.
“España -añade IU- tiene la obligación de hacer autocrítica y reconocer los horrores y errores de la conquista y la colonización, no solo de México, sino de toda América”. Para esta formación, esto “mejorará las relaciones con estos pueblos hermanos. No hacerlo no borra estos hechos de la historia”.
Izquierda Unida lamenta el “obstinado e inentendible silencio”, así como la falta de autocrítica por parte de la Jefatura del Estado desde que comenzó este conflicto en 2019.
Ejemplos de petición de disculpas en todo el mundo
“Lamentamos que esta actitud de la Casa Real negando las disculpas solicitadas se convierta en un elemento de conflicto, desencuentro y distanciamiento del Gobierno y el pueblo español para con el Gobierno y el pueblo de México”, así como un elemento de “aislamiento internacional absurdo”, señala la Comisión Internacional de IU.
Para ésta, España pierde por “torpeza diplomática” la oportunidad de estar presente en la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, elegida presidenta con el 59% de los votos, aunque este “desplante” en nada resta legitimidad ni relevancia a este importante acontecimiento.
Tras la Declaración de Derechos Humanos de 1948, la humanidad entera, salvo Israel, ha entendido que los genocidios, masacres, torturas, y violaciones generalizadas de Derechos Humanos son hechos aborrecibles, repudiables y condenables.
“Pedir disculpas en términos históricos como representante de un Estado por las barbaridades que se cometieron en el pasado contra otros Estados o pueblos es un hecho normal y que se ha producido en múltiples ocasiones”.
Existen múltiples y recientes ejemplos: el Reino Unido, en 2013, pidió perdón al pueblo kikuyu en Kenia por los abusos y masacres durante su etapa colonial. Barak Obama, durante su presidencia de los EE.UU, al visitar Japón en 2016 rindió homenaje a las víctimas de la bomba atómica de Hiroshima y afirmó: ‘encontraremos juntos el coraje para esparcir la paz y buscar juntos un mundo sin armas nucleares’.
En septiembre de 2018, Enmanuel Macron pidió perdón por las atrocidades cometidas por Francia durante la guerra de Argelia y admitió públicamente que el Ejército francés había utilizado la tortura, refiriéndose a la colonización francesa en el norte de África como un ‘crimen contra la humanidad’.
Varios presidentes de Alemania han pedido también públicamente perdón por los crímenes del nazismo de los que, evidentemente, ellos no eran responsables directos. Walter-Steinmeier lo hizo en el 80 aniversario del levantamiento del gueto de Varsovia, en 2023, junto a los presidentes de Polonia e Israel, Andrzej Duda e Izchak Herzog, reconociendo la responsabilidad histórica de Alemania.
Hace poco más de un año, el mismísimo rey Guillermo de Países Bajos pidió perdón por la esclavitud, tráfico y explotación de seres humamos en las colonias holandesas que enriqueció a sus antepasados.