Día Mundial de la Salud.
Un estudio de la Universidad de Oxford en Reino Unido relacionaba la privatización de la sanidad con un aumento de la mortalidad.
En nuestro país, un informe a raíz de la desprivatización de la gestión del Hospital de Manises, en Valencia, arroja un ahorro de 2.000 millones de euros en beneficio de las arcas públicas.
En resumen, la sanidad privada y la colaboración público-privada curan menos y cuestan más.
Y es que la sanidad pública es uno de nuestros mayores tesoros y el mayor garante que tiene la población de un tratamiento a sus enfermedades con la máxima calidad posible, independientemente de la riqueza de la persona.
La sanidad pública no solo cura mejor y más barato que la privada, sino que garantiza la igualdad social.
Un sistema sanitario público, universal y eficiente es una fórmula eficaz de redistribución de la riqueza, una de las columnas sobre las que sostener un sistema más justo.
Porque no nos llevemos a engaño, la desigualdad social tiene causa directa con la aparición de la enfermedad. Tu código postal influye más que tu código genético en el riesgo de padecer una enfermedad. Por ello no solo hay que mejorar y blindar nuestro sistema sanitario público. Además, hemos de combatir la desigualdad social en aras de prevenir la enfermedad.
La Atención Primaria y Comunitaria es la base de nuestro sistema sanitario y es donde se resuelven la mayoría de los problemas de salud de la población, por lo que debe de tener una financiación adecuada (sobre el 25% del presupuesto sanitario) que permita una correcta dotación tanto de personal como material, girando además su papel hacia un modelo menos biomédicocéntrico y mas preventivo, en aras de fomentar y promocionar la salud integral de la población.
Necesitamos más profesionales de psicólogía clínica, pero también luchar contra los condicionantes sociales que en muchos casos causan enfermedad mental.
Necesitamos nutricionistas en la sanidad pública, pero también luchar contra la desigualdad económica que provoca la malnutrición y el aumento de las tasas de obesidad.
Necesitamos más profesionales de farmacia en atención primaria, pero también una industria pública que garantice un precio justo a los tratamientos médicos y una farmacia pública donde podamos retirarlos sin que prime el negocio a la salud.
Necesitamos más profesionales de especialidades médicas, de enfermería, fisioterapeutas, auxiliares, profesionales técnicas y de servicios, sobre todo en la Atención Primaria, que cubran la falta de personal en nuestro sistema sanitario. Y les necesitamos sanas y sanos.De nada sirve todo lo dicho anteriormente si no cuidamos a quien nos cuida.
Si sus condiciones de trabajo son precarias, si las jornadas laborales son maratonianas o si permi- timos que se nos vayan a otros países porque la falta de trabajo estable impida que nuestras y nuestros profesionales puedan siquiera asentarse y vivir sin contratos precarios y temporales.
El 7 de abril es el Día Mundial de la Salud.
Eso dicen. Pero en nuestra opinión, los días mundiales de la salud son todos, ya que todos los días habrá personas profesionales dispuestas a atendernos.
Además, compartir la responsabilidad de la salud individual y pública hace más eficiente el objetivo sanitario de la comunidad.
En el día Mundial de la Salud, desde IU queremos hacer una apuesta firme y decidida por una sanidad pública y de calidad y por la lucha por modificar los determinantes sociales y mediaom- bientales que inciden directamente en la salud de la población.
Por una atención sanitaria pública y multidisciplinar. Por reducir la desigualdad social.
Por nuestras profesiones sanitarias.