Este 25 de noviembre volvemos a las calles contra todas las violencias machistas y a gritar alto y claro que ‘Se acabó’.
Salimos por todas las que no están, por las que se sienten solas, por las que tienen miedo, por las invisibilizadas, por las que son negadas, por las que están lejos. Por todas las que luchan, por las que lucharon antes y lucharán en el futuro. Porque esta fecha, instaurada en recuerdo y reivindicación de los asesinatos de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal en la República Dominicana, en 1960, nos recuerda que luchamos porque otro mundo es posible. Porque cuando decimos que queremos un mundo sin violencias estamos diciendo que queremos construir otro. Esta fecha tiene memoria y reivindica que el feminismo es un grito global en el que ‘Si tocan a una, respondemos todas’. Respondemos con alternativas, sembrando futuro, creando horizontes. Porque nuestras luchas empujan al mundo a resolver las desigualdades de raíz, abriendo paso a otro en el que seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.
52 mujeres han sido asesinadas en el Estado español en lo que llevamos de año y 1.237 han sido asesinadas desde 2003, fecha en la que comienza a contabilizar los asesinatos de mujeres por su pareja o expareja. 51 menores han perdido a su madre durante el presente año y 428 desde 2019, fecha en la que se incluye el dato como violencia de género.
La violencia machista es estructural y tiene sus raíces en relaciones patriarcales arraigadas en profundas desigualdades, que comienzan con el lenguaje, la educación y las distintas formas de representación cultural. Una violencia que se da en todos los países y se dirige a todas las mujeres.
Millones de mujeres son sometidas a mutilaciones genitales, obligadas a casarse, asesinadas, violadas y prostituidas, quemadas vivas o torturadas por el hecho de ser mujeres, usadas ellas mismas como vasijas para engendrar seres humanos previamente comprados. Sociedades machistas y patriarcales que penalizan también a las mujeres LTBQ+ por su disidencia de la norma heterosexual patriarcal.
Vivimos en un mundo con guerras y exilio donde aumenta la violencia hacia las mujeres y denunciamos al Estado de Israel que está perpetrando un genocidio en Gaza donde mujeres y niños mueren diariamente ante el silencio internacional.
Estamos aquí, este 25 de Noviembre, porque una sociedad de personas libres e iguales es incompatible con este mundo y queremos transformarlo. Estamos aquí para que el dolor y la rabia que sentimos se conviertan en organización, trabajo y lucha. Estamos aquí porque no lo vamos a tolerar y por eso gritamos todas juntas ‘¡Se acabó!’
Luchamos en cada espacio: en las calles, en nuestra organización, en una asamblea, en un ayuntamiento o en el sindicato. Este horizonte totalizador se articula desde el trabajo diario en cada espacio colectivo para avanzar con todas y por todas. Avanzamos con la ‘ley del Sí es Sí’, con la ‘ley Trans’, con la Ley de Memoria Democrática, parando los desahucios de nuestras vecinas, creando ‘puntos violeta’ en nuestros barrios, organizando el 8 de Marzo y el 28J, saliendo a la calle con las mujeres palestinas, saharauis, iraníes o contra los CIES; presentando enmiendas a los presupuestos de nuestra región, luchando contra la explotación sexual y reproductiva, la prostitución y los vientres de alquiler; desarrollando los planes de igualdad en nuestros sindicatos, saliendo por la paz y contra las guerras o defendiendo los derechos de las jornaleras migrantes.
Tenemos mucho por hacer y nos necesitamos organizadas y juntas. Porque ante el negacionismo, el odio y el retroceso que pone en disputa nuestros derechos, nosotras creamos alianzas, abrazamos nuestra diversidad, tejemos redes y ampliamos horizontes para que todas, todas, todas, podamos vivir sin violencias.
Desde IU creemos que la atención y el apoyo a las víctimas es fundamental. Nos preocupa que haya muchas más denuncias que mujeres atendidas en los servicios de violencia y, por eso, creemos fundamental que se aprovechen los fondos del Pacto de Estado para implantar una red de atención de proximidad potente que vertebre el territorio y permita a las mujeres recibir los apoyos que necesitan.
Porque creemos que, como dice el Convenio de Estambul, la atención y la seguridad se deben garantizar sin necesidad de que haya denuncia, y se deben establecer los mecanismos y recursos para garantizarlas, con coordinación y dotación de medios.
Porque la Eurocámara ha definido la prostitución como violencia de género y, como somos abolicionistas, consideramos necesario que en nuestro país se trabaje en ese horizonte con amplios fondos dirigidos a mujeres que deseen salir de esa situación de prostitución, además de fondos adicionales para la educación de la sociedad. Una educación sexual que abandone el concepto de una sexualidad basada en la penetración, en la violencia y en la dominación.
Porque debemos acabar con los vacíos legislativos de la Ley de Extranjería y evitar la explotación y violencia ejercida sobre las mujeres migrantes, permitiendo su inclusión real.
Porque es necesario que el dinero estatal del Pacto de Estado o del Plan Corresponsables que gestionan las comunidades autónomas tengan objetivos claros y vinculados al ‘Catálogo de referencia de servicios’ en todas ellas.
Porque es necesario garantizar la Interrupción Voluntaria del Embarazo dentro de la Sanidad Pública, controlar la mala praxis obstétrica y asegurar la atención a la salud sexual y reproductiva en el sistema sanitario público.
Salimos a la calle este 25N para recordar a los distintos gobiernos, central, autonómicos y locales que no renunciamos al enfoque de género en la agenda política y que deben cuidar de las más vulnerables porque no es casualidad que la pobreza tenga rostro de mujer y eso también es violencia.
Por eso seguimos demandando un sistema público de cuidados que asuma el trabajo no pagado que hacen las mujeres en la familia, porque cada día se dedican 130 millones de horas no pagadas en el hogar, en un trabajo hecho mayoritariamente por mujeres y que son un síntoma de los privilegios que se sirven de las violencias machistas para mantenerse.
Seguimos denunciando que vivimos en un sistema patriarcal y capitalista que no cuida la vida ni el planeta, un planeta finito; seguimos demandando lo local frente a lo global. Es necesario incorporar mujeres tanto al cambio de modelo productivo como al energético, así como disminuir la pobreza energética que incide fundamentalmente en las mujeres.
Este 25N salimos a la calle convencidas de que juntas y desde el feminismo lograremos vidas felices, dignas de ser vividas y libres de violencia machista para todas.
Este 25N, frente a la violencia machista gritamos con rabia feminista ¡¡SE ACABÓ!!