Destacados dirigentes y cargos públicos de Izquierda Unida, entre ellos/as su hasta ahora coordinador federal y aún ministro de Consumo en funciones, Alberto Garzón, sus portavoces/as federal y parlamentario, Sira Rego y Enrique Santiago, respectivamente, así como la totalidad de sus diputados/as en el Congreso y el europarlamentario Manu Pineda, han mostrado su respaldo y firmado el texto ‘Por una Argentina de los derechos sociales: Manifiesto en apoyo a la fórmula presidencial Massa-Rossi para la segunda vuelta de las Elecciones a la Presidencia de la República Argentina’.
Entre las personas firmantes de cara a los trascendentales comicios que se celebran mañana domingo están también diversos diputados del Grupo Plurinacional Sumar, europarlamentarios de distintos países en los grupos Socialista y Verde, además de la dirección del Partido de la Izquierda Europea (PIE) del que forma parte Izquierda Unida. Todos/as se han movilizado de esta manera porque entienden que “en Argentina está en marcha un proceso de restauración neoliberal agravado por el componente neofascista que pone en riesgo 40 años de democracia”, representado por el candidato Javier Milei, líder del conglomerado La Libertad Avanza.
De ahí el respaldo al proyecto de Sergio Massa y su Unión por la Patria que, todo lo contrario que su rival a la Presidencia argentina, apuesta por “el desarrollo, el trabajo, la producción, el respeto de la diversidad, la defensa de los Derechos Humanos y de la soberanía e independencia económica, y una política internacional basada en el multilateralismo y la integración”.
Massa tiene frente a él una propuesta que encarna Milei que significaría “el triunfo de la ultraderecha fascista”. Su alianza con los/as candidatos/as derrotados y representantes conservadores como Mauricio Macri y Patricia Bulrich “representa el retorno a los momentos más oscuros del país en este año en que Argentina celebra 40 años de retorno a la democracia”, ya que cuando sus opciones políticas gobernaron “no solo destruyeron el país, sino que también contrajeron la deuda más grande de la que se tenga memoria, comprometiendo el futuro de varias generaciones”.
Los firmantes del manifiesto denuncian en relación al “ideario” de Javier Milei “su negacionismo, el desconocimiento del terrorismo de Estado, de los crímenes de lesa humanidad y de los 30.000 desaparecidos”, así como “su misoginia, xenofobia, su desprecio hacia los seres humanos con capacidades diferentes”, además de “sus propuestas económicas inviables (dolarización, destrucción de Banco Central) basadas en la lógica del libre mercado que desconoce el rol del Estado y de la política como herramienta de transformación”.