Durante esta semana nuestro país está sufriendo la reacción violenta de quienes se niegan a aceptar el resultado de las urnas. La ultraderecha se está congregando estos días para expresar su rechazo a la amnistía con cánticos franquistas y abiertamente contrarios a la Constitución. En este contexto, celebramos el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Junts para desbloquear la investidura y conformar un Gobierno de coalición progresista y plurinacional.
Este avance es una buena noticia porque el próximo Gobierno de coalición desarrollará el acuerdo programático alcanzado entre Sumar y el PSOE para poner en marcha nuevas medidas que mejorarán la vida de la gente y ampliarán los derechos de la clase trabajadora y los sectores populares. Mejorar la vida de la gente, esta es la prioridad de Izquierda Unida y Sumar.
Como venimos insistiendo desde el primer día y se afirma en el acuerdo ‘sólo la política en democracia puede encauzar este conflicto’. El próximo Gobierno de coalición debe iniciar una nueva etapa de acuerdos políticos para avanzar hacia un país más justo, más democrático y más igualitario. El avance en derechos sociales debe ir acompañado de un avance en términos de convivencia: las sensibilidades nacionalistas e independentistas no desaparecerán, pero hay puntos de encuentro que permiten que las discrepancias se afronten democráticamente.
El reconocimiento mutuo es un avance para la normalización política, institucional y social, así como el inicio de un proceso de diálogo en el que no está predeterminado el resultado. Es el momento de que la política como problema deje paso a la política como solución.
Esta semana la ultraderecha está evidenciando que la alternativa a un nuevo Gobierno de coalición progresista es la crispación, el odio y la violencia. Frente a esa visión autoritaria de España, diálogo, acuerdos y derechos para mejorar la convivencia y la vida de la ciudadanía.