El portavoz adjunto de Unidas Podemos, Enrique Santiago, ha explicado esta tarde el rechazo de su grupo parlamentario a la proposición no de ley presentada por el PNV con el genérico nombre de ‘sobre la situación de tensión en el Estrecho de Taiwán’.
Santiago ha argumentado que esta iniciativa, que finalmente ha sido rechazada en su totalidad de forma mayoritaria en la Comisión de Exteriores, “rompería ese statu quo” en toda la zona y “generaría más tensión en una coyuntura ya bastante incendiada”.
El también portavoz parlamentario de Izquierda Unida ha explicado durante su intervención que la iniciativa debatida “contribuye a incrementar la tensión entre China y EE.UU, algo bastante desaconsejable para la comunidad internacional y también desaconsejable para Taiwán, en una situación de creciente agitación bélica tanto en esa región como en Ucrania”.
Valoró que “complicaría las relaciones entre China y Taiwán”, además de que supone “el reconocimiento de Taiwán como un sujeto de Derecho internacional y, por tanto, socava el statu quo en el Estrecho de Taiwán”.
Santiago recordó a los portavoces de los otros grupos que “ningún país del Consejo de Europa, ni de África, ni de Asia, ni de Norteamérica, ni Australia, ni Nueva Zelanda reconocen esa condición de sujeto de Derecho internacional a Taiwán”, además del contenido de la Resolución 2758 de 1971 de Naciones Unidas que “reconoció a China como único Estado”.
“Taiwán -dijo- en estos momentos no desempeña ningún papel en el fomento de la paz, sino que está siendo utilizada como claro factor de desestabilización de la paz al buscarse su enfrentamiento con China”. Lo ilustró tirando de hemeroteca muy reciente: “no es que lo diga yo, así lo ha reconocido el diario ‘The New York Times’, que hace dos días titulaba literalmente ‘Estados Unidos pretende convertir Taiwán en un inmenso depósito de armas’”.
De vuelta al contenido concreto de la proposición del PNV rechaza finalmente, el portavoz adjunto de Unidas Podemos apuntó que la cuestión de Taiwán “no deriva de un conflicto nacional, étnico o cultural, sino que es el resultado de un conflicto político interno, concretamente de la derrota de un partido político en la guerra civil de 1949”.
“También contradice -añadió- el contenido del Comunicado Conjunto entre China y EE.UU de 1979 sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas, que decía que Estados Unidos solo mantendrían ‘relaciones no oficiales con el pueblo de Taiwán’”.
Para Enrique Santiago, “ese es el statu quo que debe seguir rigiendo para garantizar estabilidad en este momento tan delicado para la paz mundial. Tan inaceptable es que la armada de EE.UU patrulle frente a las costas chinas, como sería que la armada China patrullara frente a las costas de EE.UU”.
A su juicio, “las relaciones entre la población china de ambos lados del Estrecho de Taiwán deben resolverse tal y como los propios EE.UU reconocían hasta ahora: ‘conforme a los principios de no injerencia en asuntos de otros Estados’, reconocido en el artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas”.
El diputado de IU indicó también a sus interlocutores que con la aprobación del texto tal y como la presentaba su proponente “España enviaría un pésimo mensaje a la primera potencia comercial mundial” y argumento que lo que nuestro país debe hacer es “apaciguar conflictos, estimular el diálogo entre ambos lados del Estrecho de Taiwán y ayudar desde Naciones Unidas a afrontar una resolución pacífica y negociada de los conflictos, y no meter a la Unión Europea en un problema”.
En esta misma línea, se pronunció en el sentido de que la Unión Europea “debe defender posiciones propias basadas en el respeto al Derecho internacional, en el principio de no injerencia en asuntos internos de otros países y en la asimetría respecto a los métodos utilizados para la resolución de cualquier conflicto interno”.