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Sira Rego: “Necesitamos un modelo que impida que seamos rehenes y que haga imposible que el precio de la energía en Europa lo determine Putin desde su despacho”.

Ha sido la invasión rusa a Ucrania la que ha puesto en el tablero geopolítico la insostenible dependencia energética que vivimos en la Unión Europea. Incluso la Comisión Europea ha propuesto hoy un plan para independizar a Europa de los combustibles fósiles rusos mucho antes de 2030.

“Sra comisaria de energía, hago mías las palabras de la Comisión: Tenemos que llegar a ser independientes del gas ruso,” así ha iniciado la intervención Sira Rego, eurodiputada de Unidas Podemos. Sin embargo, la solución para dar salida a este problema pasa por modificar la forma en la que se fijan los precios en el mercado mayorista de electricidad. «Es imprescindible cambiar sus reglas del juego para la fijación de precios, su fallido modelo de mercado marginalista, que por cierto, no se atreven a tocar», añade Rego.

Por ello, desde el pleno de Estrasburgo, la eurodiputada ha planteado que necesitamos un modelo energético que «impida que seamos rehenes y que haga imposible que el precio de la energía en Europa lo determine Putin desde su despacho”.

En Europa nos hemos acostumbrado a titulares que anuncian nuevos máximos en el precio de la luz, que alcanzan nuevos récords día tras día y que se sostienen por este modelo ineficiente y que la guerra ha roto. “Permítame un ejemplo: en mi país, hoy a las 20:00 estamos pagando 700€/MWh, aunque sólo el 1% de la generación eléctrica dependa directamente del gas ruso”, comenta la eurodiputada en su intervención en el pleno. Esta lógica sólo se sostiene a través del actual modelo marginalista, al que la Comisión Europea se resiste a modificar. Este modelo permite que se pague al precio de la tecnología más cara. Imaginemos que proveemos un 99% de energía renovable, más barata, y cerramos el 1% de demanda con gas de un ciclo combinado, mucho más cara y que en estos tiempos de guerra económica está por encima de los 200€/MWh. El resultado de este modelo será pagar toda la energía al precio del 1%. Por ello, todo el esfuerzo de las renovables por bajar el precio no sirve para nada.

Esta dinámica sólo favorece a las grandes empresas que tienen tecnologías más baratas, ya que reciben unos enormes beneficios extraordinarios de esta ineficiencia del mercado, señala la eurodiputada. Por ello, sostiene que este modelo de mercado beneficia a los oligopolios energéticos europeos y a las oligarquías rusas.

Rego plantea que es necesario ir más allá de la diversificación del origen del gas, ya que solo teniendo un modelo que promueva las renovables, que sea justo y de control público, podremos reforzar la soberanía europea. De poco o nada sirve en la lucha contra el Cambio Climático sustituir el gas ruso por el gas natural licuado de EEUU que se extrae con la polémica y muy agresiva técnica del fracking. La guerra no puede ser una cortina de humo que tape la grave crisis ecosocial en la que nos encontramos inmersos y que es el principal reto que tenemos por delante.

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