El portavoz parlamentario de Izquierda Unida y portavoz adjunto de Unidas Podemos, Enrique Santiago, ha denunciado esta mañana el “proceso claro de deslocalización” que quiere ejecutar la multinacional alemana Bosch con el cierre de dos plantas en Cataluña donde se fabrican componentes para el automóvil y el traslado de la producción fuera de España, pese a tener beneficios en nuestro país. Santiago señala que “esta es una de las causas por la que es imprescindible avanzar en la reforma laboral” para, entre otros motivos, “acabar con el cierre de empresas por las denominadas ‘causas organizativas’”.
El diputado se desplazó hasta el exterior de una de las instalaciones de Bosch en Madrid para recibir información de primera mano de los representantes de los/as trabajadores/as de la multinacional y mostrar su “total respaldo y solidaridad” a los/as miembros de la plantilla de las instalaciones catalanas, desplazados hoy hasta la capital madrileña para denunciar su caso y protestar por los despidos previstos para los próximos meses.
En menos de seis meses y sin ningún tipo de aviso ni negociación previa con sus profesionales la multinacional alemana anunció, primero en septiembre pasado, que iba a cerrar la planta situada en Castellet i la Gornal y, hace unas semanas, que tenía planeado hacer lo mismo con la de Lliçà d’ Amunt, ambas en Barcelona.
“Hay que acabar -aseguró Enrique Santiago desde el lugar de la concentración- que en este caso, como en muchos otros, haya más de 700 trabajadores y trabajadoras de Bosch, así como otros tantos puestos de trabajo indirectos, que se van a perder a pesar de que la multinacional tiene beneficios en nuestro país, es decir, que no son por causas económicas”.
Los representantes de la plantilla cifran en cerca de 1.500 los empleos amenazados de desaparición, entre quienes trabajan directamente para Bosch y los profesionales que integran las plantillas de los proveedores y subcontratas.
Santiago coincide con las denuncias de los sindicatos sobre el “desmantelamiento paulatino” de sus plantas por toda España que Bosch lleva ejecutando en los últimos años para maximizar beneficios, “sin causas justificadas y obedeciendo a decisiones estratégicas tomadas desde Alemania”.
Considera “lamentable, injusto y egoísta”, además, que se quiera imponer el cierre total de las plantas catalanas de Castellet i la Gornal y de Lliçà d’ Amunt después de que sus profesionales hayan aceptado en los últimos años no solo importantes reducciones de plantilla, sino bajadas y congelaciones salariales para contribuir así a garantizar la continuidad de la actividad.
“Estamos ante un motivo más para luchar y conseguir que la reforma laboral sea una realidad de forma inmediata y se garantice así el empleo y la industria en España”, advierte Enrique Santiago.