La eurodiputada de Unidas Podemos y portavoz de Izquierda Unida, Sira Rego, pone en duda que las deportaciones que se están efectuando a Marruecos y Mauritania desde las Islas Canarias respeten el Convenio Europeo de Derechos Humanos, al poder considerarse como devoluciones colectivas de personas migrantes a las que, además, no se les está garantizando el acceso a un debido proceso recogido en la Directiva de Retorno.
“Durante nuestra última visita a Canarias pudimos hablar con diferentes organizaciones que nos aseguraron que todas las semanas hay vuelos de deportación a Marruecos y Mauritania. Son vuelos que están programados y que tienen un número de plazas asignado con anterioridad, lo que hace que se trate de expulsiones colectivas sistemáticas, algo que contraviene el protocolo 4 del Convenio Europeo de Derechos Humanos”, explica Rego.
En este sentido, la portavoz de IU avisa en una pregunta parlamentaria que no se está garantizando a las personas deportadas “el derecho a un debido proceso” y pide a la Comisión Europea que exponga su punto de vista sobre lo que está ocurriendo en Canarias y que aclare si está financiando esos vuelos de deportación.
“Nos consta que no se están respetando los artículos 12, 13 y 14 de la Directiva 2008/115/CE, que establecen el debido proceso, el derecho a recurso y las garantías anteriores al retorno que deben cumplir los Estados miembros”, señala la eurodiputada de Unidas Podemos.
Esta norma europea, también regula las deportaciones de personas migrantes a un país del que no son originarios, en base a acuerdos bilaterales de los Estados miembros o de la propia UE.
Rego también solicita a la Comisión en su pregunta que aclare si las deportaciones se acogen a la Directiva: “En estos vuelos de deportación se puede dar la situación de que una persona migrante que ha nacido en un país diferente a Mauritania o Marruecos acabe en esos países solo porque existe un acuerdo de colaboración. Independientemente del estatus administrativo, estamos hablando de personas extremadamente vulnerables que son abandonadas por la UE y los países que reciben esos vuelos”.