Los eurodiputados de Izquierda Unida Sira Rego y Manu Pineda comienzan este martes una visita a Beirut para evaluar la situación que atraviesa la capital de Líbano tras la explosión el pasado 4 de agosto en un almacén que contenía casi 3.000 toneladas de amonio y que ha provocado la muerte de más de 200 personas, miles de heridos y la devastación de una parte importante de la ciudad en plena pandemia de Covid-19.
“Pese a lo delicado del momento y la necesidad de extremar las precauciones y respetar unas normas necesariamente estrictas, hemos decidido responder al llamado de solidaridad de nuestras organizaciones hermanas y a conocer la situación de primera mano”, señala Sira Rego. Por su parte, Manu Pineda aclara que no se trata de un viaje oficial del Parlamento Europeo, sino que “lo hacemos desde nuestro interés por tener una visión clara y directa del que es uno de los principales focos de debate político en nuestro entorno”.
Durante el día de hoy, los eurodiputados se reunirán con representantes de los Comités de Ayuda Popular y de la confederación de sindicatos FENASOL. El miércoles por la tarde se desplazarán hasta la zona del puerto y los barrios más afectados por la explosión.
Lo sucedido en Beirut a principios de este mes ha llevado a la Comisión Europea a comprometer 63 millones de euros para apoyar la reconstrucción y cubrir las necesidades del pueblo libanés. Rego explica que tras el viaje “haremos un trabajo de escrutinio para que estos recursos y los que vayan llegando por otras vías como las políticas de cooperación, para que se empleen realmente en mejorar la situación de las personas y no para enriquecer a las empresas europeas aliadas de las oligarquías locales como ha ocurrido en otras ocasiones”.
“Las decisiones sobre el futuro de Líbano deben tomarse aquí”, destaca Pineda, antes de criticar las visitas apresuradas tanto del presidente francés Emmanuel Macron, como del vicesecretario de Estado de EEUU, David Hale. “Ni queremos que la reconstrucción sea una excusa para que se lucren las empresas occidentales, ni debemos dictar nosotros qué tipo de Gobierno debe formarse en los próximos meses”, advierte. Las protestas tras la explosión llevaron al primer ministro Hassan Diab a dimitir y disolver el Ejecutivo. El Parlamento, que reanudará su trabajo a principios de septiembre, deberá elegir al nuevo Gobierno.
El jueves Rego y Pineda visitarán los campamentos de refugiados palestinos en Shatila y Ain al-Hilweh. Líbano acoge en estas instalaciones a más de medio millón de personas refugiadas provenientes de Palestina, que atraviesan una situación crítica después de que EEUU decidiera suspender el envío de fondos a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Esto se ha visto agravado por la pandemia de Covid-19.
“La UE es el mayor donante de la UNRWA actualmente y desde nuestro grupo vamos a seguir tratando de frenar los intentos de la derecha de alinearse con Donald Trump para recortar estos fondos”, explica Pineda. Líbano acoge también a más de un millón de refugiados sirios – lo que supone más de un tercio de la población en determinadas regiones como la Bekaa, y más de un cuarto en Beirut –. “Aunque la UE sufraga algunos proyectos clave para esta población, es importante remarcar el contraste con las políticas migratorias europeas”, señala Rego.