Desde el 10 de agosto las fuerzas de ocupación israelíes bombardean cada noche la Franja de Gaza. Estos ataques han causado decenas de heridos, incluyendo niños y niñas, además de importantes daños materiales en un territorio de casi dos millones de habitantes asfixiado y empobrecido por la ocupación y constante agresión militar israelí. Las fuerzas israelíes actuan directamente sobre objetivos civiles con la finalidad de imponer sobre la población gazatí un castigo colectivo contrario al Derecho internacional. De hecho, las bombas han alcanzado incluso una escuela de las Naciones Unidas en el campo de refugiados de Shati.
Izquierda Unida condena esta nueva agresión contra el pueblo palestino, que incluye también la intensificación del bloqueo sobre Gaza. Desde que comenzara este nuevo ciclo de agresiones las fuerzas de ocupación israelíes han bloqueado nuevamente las aguas de la Franja, impidiendo a los pescadores salir a trabajar, además de cerrar el paso de mercancías por la frontera terrestre. Estas actuaciones concretas adquieren dimensiones especialmente graves en el actual contexto de pandemia, por lo que diferentes organizaciones internacionales alertan de las consecuencias que arrastrará a nivel humanitario. La interrupción del paso de combustible hacia la única planta de energía hace que solo haya cuatro horas de electricidad diaria y que la amenaza de un apagón total esté cada vez más cerca, con las consecuencias que tendría en todos los ámbitos, desde el funcionamiento de los hospitales hasta la economía más básica.
Estos ataques han sido respondidos con una serie de protestas en la misma Franja de Gaza que, al igual que ocurriera el año pasado con la Gran Marcha del Retorno -que se saldó con 312 manifestantes asesinados por las fuerzas israelíes-, han sido disueltas con disparos de fuego real y gases contra la población.
Es imprescindible que la comunidad internacional, la Unión Europea y el Gobierno de España condenen esta nueva vulneración del Derecho internacional por parte del Estado de Israel. Su silencio se convertirá en complicidad.
Por otra parte, la normalización de las relaciones entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel muestra una tendencia que confirma la impunidad de las autoridades israelíes frente a sus crímenes contra la población palestina. De la misma forma se visibiliza así el alineamiento entre las monarquías autocráticas del Golfo Pérsico y el Estado sionista.
Desde Izquierda Unida exigimos el final inmediato de esta agresión directa, además de que se acabe con el brutal bloqueo sobre la Franja de Gaza, que la asfixia por tierra, mar y aire desde hace años como forma explícita de tortura sobre la población gazatí.
Isreal no puede seguir violando los derechos humanos de la población palestina con total impunidad y debe responder por su constante vulneración del Derecho internacional. Para conseguirlo es urgente que la comunidad internacional garantice con todas las herramientas a su alcance que las resoluciones de Naciones Unidas y los derechos del pueblo palestino se hacen efectivos. Ello incluye el derecho al retorno de los cinco millones de personas refugiadas palestinas y el pleno reconocimiento del Estado palestino.