El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha asegurado esta tarde en el Pleno del Congreso que el primer Gobierno de coalición que se busca conformar ahora en esta reciente etapa democrática “apostará por el diálogo, por la negociación, por una vía de resolución de los problemas y por aplicar ese programa” pactado entre Unidas Podemos y el PSOE. Garzón dejó claro que los “elementos reaccionarios se han puesto en contra de esta investidura”, algo que “no debería dificultarla, sino mostrar a las claras lo necesaria que es”, mucho más teniendo en cuenta que “como ha quedado claro, la derecha política española vive y se alimenta del conflicto”.
El máximo responsable de IU reconoció durante su intervención en la primera sesión del debate de investidura del candidato socialista a la Presidencia, Pedro Sánchez, que le había llamado “especialmente la atención” y parecido “muy significativo” el hecho de que los partidos de derecha y ultra derecha -PP y Vox- que le precedieron en la tribuna no dedicaran ni una sola palabra a discutir sobre las medidas programáticas presentadas “y que son las que deben vehicular cualquier debate de investidura”.
No obstante, entendió que esto pueda resultarles normal a aquellos creen “que la vida cotidiana de las familias trabajadoras depende de comer banderas y de comer nacionalismo”.
“En nuestro país -recordó- hace más de diez años comenzó una crisis económica, social y después política de enorme gravedad” que “fue gestionada con políticas neoliberales que provocaron recortes y privatizaciones en los servicios públicos, reducciones salariales, reformas laborales, leyes mordaza, reducción de la libertad de expresión, una serie de regresiones a todos los efectos que llevaron al incremento de la explotación laboral y de la desigualdad”.
Lamentó que “quienes más lo sufrieron han sido las familias trabajadoras, la clase trabajadora” y, frente a ello, destacó que “hoy, después de unos cuantos años de inestabilidad y volatilidad política, se trae a esta Cámara la oportunidad de abrir una senda que revierta todas estas políticas que han perjudicado a las familias trabajadoras”.
Para Garzón, “el centro de atención de esta investidura” deberían ser “todas las propuestas que hemos puesto encima de la mesa: subida del SMI, derogación de la reforma laboral, medidas ecologistas y feministas, viviendas asequibles, lucha contra la ludopatía y las casas de apuestas”. Sin embargo, insistió en que “de estas medidas las derechas no han querido hablar, como si creyeran que la vida cotidiana de las familias trabajadoras depende de comer banderas y comer nacionalismo; la realidad es que no y obedece más a los programas políticos y económicos que se han defendido aquí”.
El coordinador federal de IU apuntó que esas mismas políticas neoliberales dañinas con las que se hizo frente a la crisis “se han aplicado también en el resto de Europa” y las consecuencias de ello “están ahí: el incremento de la rabia, la frustración y la indignación en sectores populares que están optando por votar a partidos xenófobos, racistas y clasistas”, es decir, partidos de extrema derecha “que encabezan las encuestas en Francia, Italia, Suecia o Finlandia, entre otros”.
De ahí que analizara que “se está viendo con claridad cómo la política económica neoliberal es la que está destruyendo las propias democracias representativas, junto con esa presión de los partidos xenófobos y racistas” y que “es en esa ola reaccionaria global donde tenemos que analizar la radicalización de las derechas españolas de los últimos años, que obedece a un signo y un lenguaje de los tiempos modernos muy peligroso”.
Alberto Garzón encontró también ahí la respuesta a “esa competencia que hemos visto esta mañana entre las diferentes derechas para ver quien rentabiliza mejor la difusión y la extensión del odio frente al diferente, por ver quien rentabiliza mejor el discurso hiperbólico, por ver quien rentabiliza mejor, en definitiva, el discurso político”.
“Aquí algo me ha quedado claro -resumió- y es que la derecha política española vive y se alimenta del conflicto, y por eso quiere obstaculizar de todas las maneras posibles una senda alternativa que acabe y resuelva el conflicto”.
A su juicio, “las derechas han seguido un hilo y una noción de España absolutamente estrecha, esencialista, tradicionalista y que, por cierto, lleva a esa noción de la ‘España frente a la anti España’; solo que esta vez la derecha tendrá que reflexionar por qué, según sus criterios, prácticamente ya el 60% de los votantes de este país son y pertenecen a la ‘anti España’”.
Advirtió por ello a los portavoces de PP y Vox que ellos y sus direcciones “tienen un problema con esa noción y también con la de la realidad española, que es mucho más diversa, es plural y, por cierto, es plurinacional, algo que está mucho mejor reflejado en los debates y en el espíritu y letra de la Constitución del 78”.
Llegados a este punto, y ante los insultos lanzados directamente horas antes por el líder del PP, Pablo Casado, hizo expresamente “un inciso” para señalar con rotundidad que “estoy muy contento y muy satisfecho de pertenecer a un partido, además de a Izquierda Unida, que es el Partido Comunista de España, sin el que no se entendería ni la democracia española ni la Constitución de 1978”.
“Y entonces, señor Casado, le tengo que preguntar si su verborrea anticomunista es compatible con ese espíritu que usted dice defender de la Transición. Yo creo que no, porque o no entiende usted la Historia o una de las dos es mentira, y creo que su anti comunismo no es mentira”, sentenció.
Alberto Garzón insistió en que “creo que debemos entender la realidad que estamos viviendo y apostar por diálogo, negociación y soluciones. Hay que apoyar esta investidura. Lo digo de una forma muy sencilla: creo que es la última oportunidad para que las cosas no se estropeen más en el ámbito económico y en el político”.
“¿Se imaginan ustedes -preguntó retóricamente- a los que han hablado esta mañana gobernando este país? ¿Se imaginan alguna resolución de los conflictos por esa vía? Yo creo que no, porque lo que quieren es agitar el conflicto, viven del conflicto, se alimentan del conflicto”.
Completó esta idea denunciando que las formaciones de derecha y ultra derecha “comparten ese ultranacionalismo español con algunos sectores del independentismo catalán, esa noción de que ‘Cuanto peor, mejor’. Pero, ojo, la realidad y la Historia suelen demostrar que ese tipo de crisis conllevan un gran dolor que suele pagar la mayoría social, y del que solo se benefician unas pequeñas élites. Lo cierto, la Historia lo demuestra, es que ‘Cuanto peor, mucho peor’.