Manu Pineda
Querido compañero,
Soy Manu Pineda y me presento a las primarias de Izquierda Unida para encabezar la representación de nuestra organización en las próximas elecciones europeas del 9 de junio.
Muchas y muchos de vosotros ya me conocéis, pero permitidme que me presente brevemente. Como soldador ferroviario en la Renfe y sindicalista de Comisiones Obreras, nunca pensé que una persona de origen humilde, como yo, y de clase trabajadora, pudiese llegar un día a ser la voz de la izquierda frente a ese instrumento gigante del imperialismo que es la Unión Europa. Eso solo ha sido posible gracias a nuestra organización, Izquierda Unida. Una organización de mujeres y hombres trabajadores, comprometidos con la paz, la igualdad, con los derechos humanos y el planeta. Una organización de gente que no agacha la cabeza ni mira hacia otro lado, sino que lucha contra cualquier injusticia y llena de dignidad las calles y las instituciones.
Las injusticias nunca me han sido indiferentes luchar contra ellas siempre ha sido mi motivación militante, por eso en 2011 me trasladé a la Franja de Gaza. Allí organicé brigadas de solidaridad, fui escudo humano y conductor de ambulancias frente a la barbarie sin límites de Israel. Palestina vive hoy un genocidio y los líderes europeos están dejando que un pueblo sea asesinado delante de sus ojos. Como Eurodiputado y Presidente de la Delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con Palestina no he hecho más que exigir lo que debería ser lo lógico y no excepcional: alto al fuego inmediato, incondicional y permanente, ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, embargo de la compra y venta de armamento y que se congelen todos los acuerdos de asociación y cooperación.
En un momento de auge de la extrema derecha en toda Europa como consecuencia de una Unión Europea que, en vez de combatirla, ha asumido buena parte de su agenda reaccionaria, y donde los derechos de la mayoría social están aún más amenazados, es más importante que nunca tener una izquierda europea fuerte y sin complejos, que plante cara al racismo, a la xenofobia y al negacionismo, poniendo en el centro la vida y las luchas de las clases populares.
Seguiré trabajando por conseguir una Unión Europea que frente al machismo reivindique la lucha feminista contra la reacción, porque el feminismo es una fuerza transformadora que impugna y se rebela contra una alianza criminal, la del patriarcado y el capital, que lucha contra un modelo económico de explotación, violencia y desigualdad. Por eso seguiré alzando la voz en el Parlamento Europeo para conseguir una Europa que ponga en el centro un sistema de cuidados público y universal frente a la Europa del militarismo y la guerra.
Espero poder seguir dando la batalla por los pueblos oprimidos, por la causa saharaui, por nuestros hermanos y hermanas latinoamericanas, por el multilateralismo y la paz, frente a quienes desangran el planeta y a sus gentes.
Pero también, seguir llevando las luchas de cada una de nuestras localidades y nuestros territorios al Parlamento. Defendiendo un mundo rural vivo, un modelo agrario que permita vivir dignamente a quien lo trabaja y nos alimenta, alejado del modelo depredador de las macrogranjas, o defendiendo a nuestros pescadores. Seguir la lucha por unas ciudades y pueblos vivibles, donde no tienen cabida macro proyectos como la ampliación del puerto de Valencia o del Prat y Barajas, sino una apuesta clara por el ferrocarril y el transporte público.
Seguir trabajando, también desde la UE, a favor de la vida digna de nuestros vecinos, luchando por algo tan básico como el acceso al agua potable, por la defensa de los ríos y medioambiente, por un modelo energético realmente limpio y sostenible, con más comunidades energéticas locales y menos macroproyectos de fondos de inversión.
En definitiva, defendiendo lo que nos une a todas y a todos en nuestra organización: la defensa del trabajo y la supervivencia de la tierra.
Quiero seguir representando los principios fundacionales de Izquierda Unida sin titubeo alguno, como la lucha contra ese instrumento criminal que es la OTAN. En momentos en los que quieren imponernos que no hay alternativa a la militarización para garantizar nuestra seguridad y bienestar, nos toca redoblar nuestra histórica lucha por el desarme y por los mecanismos de paz para la resolución de los conflictos a nuestro alcance. No nos moveremos de ese principio y jamás apoyaremos ninguna carrera armamentista, sea del bando que sea. Porque queremos una UE de paz, de derechos y libertades.
Frente a su concepto belicista de la seguridad, seguiremos defendiendo el nuestro, el de la diplomacia, la cooperación y la colaboración, el que destina los recursos públicos a la educación, la vivienda o la sanidad, y no a la industria de la guerra, para que todos los pueblos puedan tener garantizadas sus necesidades básicas.
Para mí es un honor poder representar a nuestra mejor tradición política. A los trabajadores, a las mujeres, a los pueblos oprimidos, nadie va a regalarnos nada. Debemos defender y pelear por nuestros derechos con una voz clara y honesta. Debemos seguir siendo ese pueblo que queremos representar.
No estoy solo, en esta lista me acompañan compañeros y compañeras, militantes de distintos territorios con experiencia, comprometidos y luchadores. Gente dispuesta a mancharse las manos para defender la igualdad entre hombres y mujeres, el ecologismo, la lucha lgtb y los derechos de la clase trabajadora.
Queremos que tú también nos acompañes y luches a nuestro lado.
Tu izquierda. Unidad, paz y derechos.